Víctor Sánchez Espinosa sentenció que solo en la población está la posibilidad de que el virus siga creciendo en las últimas semanas.
El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, señaló que “se está mal, aunque diga que estamos bien”, en referencia a la crisis del COVID-19, que detona otros problemas como los económicos e inseguridad.
Así lo expuso en su misa dominical en La Catedral de Puebla, donde sigue aplicándose el 30 por ciento de aforo para evitar la propagación de la pandemia que ya superó las 13 mil muertes.
Insistió en su llamado a la reflexión sobre la importancia de la vida y sentenció que solo en la población está la posibilidad de que el virus siga creciendo en las últimas semanas, que derivó que Puebla regresara al color naranja en su semáforo epidemiológico.
Sin embargo, indicó que otras acciones abonan a la “cultura de la muerte”, como los hechos violentos que se reportaron en el estado de Guanajuato, donde fueron asesinados 13 personas.
“A mí en la cabeza no me cabe que ante esta situación que estamos viviendo todavía, estemos metidos en esa cultura de la muerte violencia masacres. Yo escuchaba hoy temprano las noticias, masacre en Guanajuato, pero lo mismo aparecen en un estado y otro”, comentó.