En el municipio de Puebla faltan libertades y capacidades, lo que sí hay en San Andrés Cholula. No todo es agua, electricidad o avnazar en servicios
Más de la mitad de la población en el estado de Puebla vive con un nivel de progreso social medio bajo y bajo, es decir, 3 millones 263 mil 328 poblanos, esto de acuerdo al Índice de Progreso Social de los municipios de la entidad realizado por Sintonía, Universidad Popular Autonoma del Estado de Puebla y Social Progress Imperative.
Durante la presentación de resultados, Jaime García Gómez, Investigador senior de Social Progress Imperative para Latinoamérica señaló que este índice mide la satisfacción de necesidades sociales y medioambientales de los ciudadanos.
Explicó que el crecimiento económico no es el único factor determinante de la calidad de vida, pues el índice revela que aunque el progreso social, que incluye medidas de oportunidad, salud, educación y la no discriminación, tiende a aumentar a medida que aumenta el PIB, el bienestar económico por sí sólo no explica los resultados del progreso social.
Recordó que el municipio mejor evaluado fue San Andrés Cholula con 75.90 puntos de 100 posibles; mientras que el último municipio San Sebastián Tlacotepec que obtuvo 50.03 puntos.
Puebla capital con rezago en capacidades
Sobre la capital de Puebla, refirió que se ubicó en la tercera posición, pues temas como la inclusión de las mujeres, de población indígena dentro de sistema educativo y productivo, el número de personas que estudiaron licenciaturas y posgrados, número de usuarios de internet, son los grandes componentes que marcan las diferencias entre este municipio y San Andrés Cholula.
“Hay una muy fuerte estructura de progresos social relacionada con las oportunidades que diferencia a San Andrés con Puebla (…) ambos están muy bien en acceso al agua, electricidad, servicios, pero en el tema de libertades y capacidades se queda rezagado Puebla”, expresó.
En ese sentido, señaló que lo primero que tienen que hacer los gobiernos de los 217 municipios de Puebla es reconocer y entender los datos, posteriormente trabajar con empresas y sociedad civil para mejorar aquellos aspectos en los que están rezagados.