Lo que se está viendo hace unos años es un cambio hacia parejas que toman la decisión de mantener residencias separadas

Ana tiene una relación que los expertos llaman «viviendo aparte juntos» o LAT, por sus siglas en inglés.

Y aunque este tipo de relaciones no son nuevas lo que se está viendo hace unos años es un cambio hacia parejas que toman la decisión de mantener residencias separadas a pesar de estar en relaciones comprometidas.

«En la última década o dos se ha convertido más en una opción de estilo de vida. Ya no es porque no puedes vivir con tu pareja, es porque estás escogiendo no querer vivir con ella», le explica a BBC Mundo Vicki Larson.

Para ella, el movimiento LAT ha sido impulsado en parte por mujeres. Por un lado, dice, están las mujeres que estuvieron casadas y no quieren replicar la experiencia; y por el otro, están las mujeres jóvenes que buscan una mayor independencia.

Razones prácticas

Para la directora de cine canadiense Sharon Hyman, las razones que la llevaron a comenzar su relación tipo LAT, hace 23 años, fueron mucho más prácticas.

«Yo he estado en mi apartamento de renta controlada – programa público que limita el monto que los dueños pueden cobrar por un alquiler- por 30 años. Y él tiene el suyo. Yo no tengo ganas de entregar mi apartamento», cuenta Sharon entre risas.

Además, agrega, los dos tienen estilos de vida muy distintos. «Trabajamos horas completamente distintas. Él estaba yendo a trabajar a las 5:30 am y yo soy una cineasta. Tiendo a trabajar hasta tarde en la noche».

Mayor intimidad

Larson explica que una de las dificultades más grandes que tienen las parejas que viven en un mismo hogar, es dar al otro por sentado.

Para las parejas LAT, agrega, hay un esfuerzo consciente por mantener la intimidad.

«Las personas que viven separadas, se reúnen de una manera muy consciente. Están interactuando entre ellos porque solamente tienen esta noche, o el fin de semana, y después se van a sus espacios separados. Tiene mucha más intimidad porque existe la expectativa de ver a tu pareja», dice Larson.

Ana, después de 5 años en una relación tipo LAT, dice estar de acuerdo.

«Hablamos diario, nos vemos seguido y estamos muy involucrados el uno con el otro. Realmente no tomamos decisiones grandes sin platicarlas, pero no es que estemos consultando el uno con el otro. Es que a mí realmente me interesa saber qué piensa él».

Estigmas

En los 5 años que lleva de relación tipo LAT, Ana cuenta que ha contado con el apoyo de sus padres. Sin embargo, dice que no están del todo de acuerdo con su decisión. Y a eso, se le suma el estigma de otras personas en su comunidad.

«Una persona me dijo a mí: ‘ninguna mujer que valga la pena estaría con un hombre que no se quiere casar contigo’. Me puse a buscar artículos de parejas que no viven juntas, porque dije: ‘yo veo gente que no vive juntos y que llevan una vida de pareja sana». Ahí fue que encontró una comunidad muy activa.

F. BBC

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