Se trata de un proceso en el que a través de la actividad de cuatro proteínas, se logra transformar cualquier célula adulta en una célula madre.
A medida que envejecemos no solo cambia nuestro aspecto y salud, sino que además cada célula del organismo lleva un reloj molecular que registra el paso del tiempo. Ahora, científicos han logrado revertir el proceso de envejecimiento en ratones restableciendo parcialmente sus células a estados más juveniles.
En concreto, el equipo del científico español Juan Carlos Izpisúa ha demostrado que puede retrasar de forma segura y eficaz este proceso en ratones de mediana edad y ancianos. Los resultados se publican en la revista Nature Aging.
«Además de abordar las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, este enfoque puede proporcionar a la comunidad biomédica una nueva herramienta para restaurar la salud de los tejidos y del organismo, mejorando la función y la capacidad de recuperación de las células en diferentes situaciones de enfermedad, como las enfermedades neurodegenerativas«, resume el científico.
Izpisúa es investigador en el Laboratorio de Expresión Génica del Instituto Salk de La Jolla (California, EE. UU.), que ha realizado este trabajo en colaboración con Genentech, del grupo Roche.
«Estamos encantados de poder utilizar este enfoque a lo largo de la vida para retrasar el envejecimiento en animales normales», afirma Izpisúa. «La técnica es segura y eficaz en ratones», agrega.
Factores de Yamanaka
Los resultados que ahora se conocen tienen años de laboratorio detrás. Izpisúa y su equipo descubrieron en su día que, alterando la dosis, frecuencia y duración de unas moléculas llamadas factores de Yamanaka, podían programar las células para aumentar su resiliencia y funcionalidad «in vitro».
Se trata de reprogramación celular, un proceso en el que a través de la actividad de cuatro proteínas –factores de Yamanaka– se logra transformar cualquier célula adulta en una célula madre pluripotente inducida, capaz de dividirse de forma indefinida y convertirse luego en cualquier tipo de célula. El descubrimiento de este proceso por el japonés Shinya Yamanaka le valió un Nobel.
Después de los hallazgos «in vitro», el equipo en 2016 informó por primera vez de sus avances en animales: entonces observamos, recuerda a Efe Izpisúa, que este tratamiento contrarrestaba los signos del envejecimiento y aumentaba la esperanza de vida en ratones con una enfermedad de envejecimiento prematuro.
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Acelerar la regeneración muscular
Más recientemente, en 2021, descubrieron que, incluso en ratones jóvenes, estos factores pueden acelerar la regeneración muscular; «tras estas observaciones, científicos han utilizado nuestra metodología para mejorar la función de otros tejidos, del corazón, cerebro o nervio óptico«, añade.
El estudio que ahora se publica tenía doble finalidad: comprobar si los efectos beneficiosos previamente observados en ratones con diversas enfermedades también ocurrían en ratones sin patologías y si pasaba a diferentes etapas de la vida.
Por eso, un grupo de ratones recibió dosis regulares de los factores de Yamanaka desde los 15 hasta los 22 meses, lo que equivale aproximadamente a 50-70 años en humanos.
Otro grupo fue tratado desde los 12 hasta los 22 meses (35-70 años en humamos) y un tercero solo durante un mes a la edad de 25 meses (unos 80 años en humanos).
«No observamos ningún efecto negativo en la salud, el comportamiento o el peso corporal de estos animales», señala en un comunicado Pradeep Reddy, de Salk.
Científicos no encuentran cánceres en ratones
En comparación con los animales control, no hubo alteraciones de las células sanguíneas ni cambios neurológicos en aquellos que recibieron los factores de Yamanaka; el equipo no encontró cánceres -–un mayor riesgo está asociado al envejecimiento– en ninguno de los grupos.
Cuando los investigadores observaron los signos normales del envejecimiento constataron que, en muchos aspectos, se parecían a ratones más jóvenes: en riñones y piel, la epigenética de los animales tratados se asemejaba más a los patrones epigenéticos observados en los más jóvenes.