Los santos Gervasio y Protasio fueron dos hermanos mellizos milaneses, venerados en la actualidad como santos por la Iglesia Católica
Hoy, cuando han transcurrido 179 días y faltan 195 para concluir este 2018, la Iglesia Católica recuerda a San Gervasio de Milán, San Protasio de Milán, San Romualdo, Santa Aurora, virgen y mártir, San Deodato de Nevers, Santa Hilda de Fécamp y Santa Juliana Falconeri.
San Gervasio y San Protasio de Milán
Los santos Gervasio y Protasio fueron dos hermanos mellizos milaneses, venerados en la actualidad como santos por la Iglesia Católica, por haber sido mártires de la cristiandad. Sus restos se hallan en la Basilica di Sant’Ambrogio (Milán). Lo más probable es que vivieran en el siglo III, durante la persecución de los cristianos de Decio o Valeriano o algunos años más tarde, durante la persecución de Diocleciano.
En el siglo V un autor anónimo escribió la Passión, donde se puede encontrar información sobre su existencia, pero sin ninguna garantía de verosimilitud. La Passión nos habla de que fueron mártires y de que a sus padres les mataron mientras regresaban a Milán, que vendieron todos los bienes de la familia y distribuyeron el dinero entre todos los pobres de Milán.
Tras ello, dedicaron diez años a la contemplación, oración y práctica de la virtud. Cuando el general Anastasio llegó a Milán, ambos hermanos fueron denunciados por practicar la fe cristiana. Por ello, fueron detenidos, torturados y humillados. Protasio falleció decapitado mediante una espada; Gervasio a consecuencia de la gran cantidad de golpes recibidos.
Sus cuerpos se hallaron el 17 de junio de 386 en el cementerio, gracias a una excavación encargada por el obispo San Ambrosio. No se sabía la identidad de los restos, ya que el transcurso del tiempo había borrado su recuerdo. Paulino de Milán, secretario y biógrafo de Ambrosio, afirma que los cuerpos fueron encontrados por una revelación que Ambrosio había tenido, a pesar de que el propio obispo, en unas cartas a su hermana Marcelina, le relataba que había tenido una premonición y no una verdadera revelación.
En 386, se terminó la construcción de la actual Basílica de Sant’Ambrogio en Milán. El 19 de junio, Ambrosio la consagró oficialmente, eligiendo a los Santos Gervasio y Protasio como patrones y depositándose sus reliquias bajo el altar de la basílica. Según algunas fuentes, el hecho de colocar las reliquias fue más una estrategia de Ambrosio para atraer a las masas. En 835, las reliquias se desplazaron a una urna de pórfido, juntamente con las de San Ambrosio. El 14 de mayo de 1874, los restos de los santos fueron recolocados en una urna de plata y vidrio, donde se han conservado desde entonces.
Desde el descubrimiento de los cuerpos, el culto se difundió en un primer estadio por las ciudades del norte (Brescia y Rávena) y, en una segunda fase, en Roma, donde Inocencio I erigió una iglesia con su nombre (en la actualidad, conocida como del Santo Vital). Su fiesta es el 19 de junio, día del traslado de las reliquias por San Ambrosio.