“Tenemos toda una montaña de problemas (ecónomicos) por la cual preocuparnos, y esta es simplemente una ladera entre muchas”
Las autoridades chinas intentaban el martes tranquilizar a las empresas y a los inversionistas preocupados, mientras el confinamiento en dos fases de los 26 millones de habitantes de Shanghái entraba en su segundo día, creando un silencio desacostumbrado en el centro financiero, manufacturero y comercial, que normalmente es muy activo.
El brote de la variante ómicron en Shanghái es uno de varios en toda China que está poniendo a prueba la capacidad del gobierno para hacer cumplir su estrategia estricta de “cero COVID” sin perturbar demasiado la economía y la vida cotidiana de las personas.
Muchas tiendas estaban cerradas y había pocos peatones, incluso en la mitad de la ciudad que permanecía abierta. El cierre se lleva a cabo en dos fases para limitar la interrupción, comenzando con el distrito financiero de Pudong y las zonas colindantes en el lado este del río Huangpu, que divide a Shanghái.
Zhang Meisha, que trotaba por la mañana a lo largo del legendario Bund en la orilla occidental del río, dijo que intentaba disfrutar de tanta luz solar como pudiera antes de que el cierre se trasladara a Puxi. Apenas había un turista ocasional en el paseo bordeado de edificios históricos centenarios.
LEER ADEMÁS: Rusia reducirá actividad militar en Kiev y Cherníguiv
“Es muy hermoso, pero no mucha gente puede venir aquí para disfrutarlo y apreciarlo”, dijo Zhang sobre los tulipanes rojos y amarillos a lo largo del Bund. “Es una pena. Espero que la primavera de Shanghái pueda esperarnos”, agregó Zhang.
La cuarentena agravó la ansiedad en los mercados financieros por la guerra de Rusia en Ucrania, los esfuerzos de la Reserva Federal de Estados Unidos por frenar la inflación subiendo las tasas de interés y otros desafíos a la economía global.
Las reacciones del mercado, entre ellas el descenso del 7% de los precios del petróleo en Londres el lunes, no reflejan la “auténtica realidad de la situación”, pues los inversores ya estaban preocupados por China y la economía mundial, afirmó Michael Every, de Rabobank.
“Tenemos toda una montaña de problemas por la cual preocuparnos, y esta es simplemente una ladera entre muchas”, agregó Every. “Si eso es todo, una cuarentena por COVID, no es difícil mirar la historia reciente y ver cómo evoluciona, pero esto se entrelaza con muchos otros asuntos”.