La joven publicó en redes sociales la fotografía de un acosador y gracias a que el mensaje fue compartido logró ponerse a salvo


El apoyo ciudadano en redes sociales para compartir el perfil y los mensajes de acoso que recibió Karla María Gómez de parte de Bernini Medina Estevez, habitante del municipio de Chalchicomula de Sesma, sirvió para que el joven dejara de perseguir a la denunciante, quien aseguró que el tema está en manos de las autoridades.

Durante todo el mes de marzo la joven que radica en la Ciudad de México publicó la fotografía de Medina Estevez con el letrero de “ACOSADOR”, capturas de pantalla de mensajes de Facebook donde el joven se hizo de 150 cuentas falsas para poder acceder al perfil de ella.

También subió las capturas de mensajes de WhatsApp y de fotografías donde se observa que Medina Estevez está afuera de su domicilio en donde permanecía toda la noche.

La joven narra su desesperación ante el acoso de historias de amor romántico y de supuestos intentos de suicidio de parte de Medina Estevez si no obtenía respuesta de ella, mensajes que migraron a amenazas de muerte para Karla María sin no bajaba las publicaciones donde lo señalaba como acosador.

También publicó el domicilio de su agresor, ubicado en la colonia Carmen Serdán en el municipio de Chalchicomula de Sesma en Puebla, así como el número telefónico del joven con la intención de que le mandaran mensajes masivos para que la dejara de molestar.

Y es que se aprecia en las publicaciones que Medina Estevez se empezó a comunicar con las amistades de Karla María para obtener información de ella, además de que se presentó en el trabajo de ella, en la Ciudad de México, en varias ocasiones.

Lo último que publicó Karla María es que ya denunció a su agresor quien dejó de acosarla, por ahora, así lo señaló. También agradeció a todas las personas que compartieron estas publicaciones que también circularon en Puebla. Sus amigos señalan que Medina Estevez aun puede molestarla debido a que se trata de un hombre enfermo que no para en el acoso y obsesión que tiene con la joven.

Esta historia es una de las miles que viven mujeres que son perseguidas por hombres acosadores y que no pueden acusar sobre un delito, pero que gracias a las cadenas de publicación de redes sociales logran ponerse a salvo.

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