Gustavo Rodríguez Zárate, desde joven se le consideró un cura “rojo” o “comunista” por poner en práctica la teología de la liberación.

El próximo 24 de junio es el primer aniversario luctuoso del padre Gustavo Rodríguez Zárate, el cura de los migrantes, a quien se recordará con una jornada de actividades artísticas y culturales que concluirán con una misa encabezada por el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza.

De acuerdo con la programación del Comité Organizador del 1er Aniversario, que se puede consultar en la página de Facebook de la parroquia Ntra. Señora de la Asunción, a las 12 de la mañana se realizará una caminata que partirá de la Capilla de Guadalupe a la parroquia de la Asunción, ambas ubicadas en la colonia Aquiles Serdán.

Posteriormente habrá danzas aztecas, representaciones teatrales como la boda del Popocatépetl y el Iztatcihuatl, del carnaval de la zona de Cholula y Huejotzingo, realizadas por grupos juveniles católicos de San Pedro Yancuitlalpan, Puebla y Zacatepec, Tlaxcala.

También habrá proyección de videos de la vida y obra del padre Gustavo con respecto a su trabajo con migrantes como coordinador de la Pastoral de la Movilidad Humana de la Arquidiócesis de Puebla.

El padre Gus –como mejor se le conoció- murió a los 75 años de edad al perder la batalla contra el cáncer de pulmón que lo aquejaba. Durante 48 años fue impulsor de la caravana migrante “Antorcha Guadalupana” que atravesaba el país para llegar a la catedral de San Patricio, en Nueva York.

En el albergue del templo de la Asunción, 14 poniente 5306 colonia Aquiles Serdán, en dónde se realizarán los eventos de primer aniversario luctuoso, el cura recibió a miles de migrantes en caravanas procedentes de varios países de Centroamérica que pernoctaban en Puebla.

Ahí les ofreció comida, ropa, agua caliente para bañarse, charlas sobre derechos humanos y fe en Dios para continuar el viaje.

Más allá de su defensoría de los derechos de los migrantes, el padre Gus también respaldó la lucha de los pueblos indígenas en contra de los llamados “proyectos de muerte”.

Desde joven se le consideró un cura “rojo” o “comunista” por poner en práctica la teología de la liberación.

Fue miembro de la Comisión Diocesana para la Promoción del Diaconado Permanente y de los ministerios laicales, así como del Instituto de Formación para Asesores de la Juventud de México, colaborador de la sección de Juventud del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

Realizó el diplomado en Planificación Pastoral, por la Universidad Javeriana en Bogotá, Colombia y participó en el Congreso Latinoamericano de Jóvenes, en Cochabamba, Bolivia.

También fue integrante del equipo de asesoría para la planificación pastoral, desde el cual coordinó diversas visitas pastorales del arzobispo de Puebla, además de acompañarlo en diversos recorridos al interior del estado.

Fungió como asesor diocesano del movimiento de Jornadas de Vida Cristiana y coordinador del equipo diocesano de Pastoral Juvenil.

Fue vicario de Santa Rita, Tlahuapan y Chietla; además de párroco de San Juan Evangelista, Zacapala; Santa Clara Ocoyucan y por último en Nuestra Señora de la Asunción.

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