En la Arena BUAP, Carlos Zárate narró a estudiantes cómo pasó de tener un récord de 33 victorias a caer en las adicciones y casi llegar al suicidio
El reconocido excampeón mundial de boxeo peso gallo, Carlos Zárate, sostuvo una charla con estudiantes de los niveles medio superior y superior de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), en torno a las adicciones, una enfermedad que experimentó en su vida.
En la Arena BUAP, en Ciudad Universitaria, «El Cañas«, nacido en 1951 en el barrio de Tepito en la Ciudad de México, narró a los estudiantes cómo durante su carrera como pugilista profesional cayó en las adicciones, una y varias ocasiones, perdiendo su capital económico luego de cinco años de inactividad.
Zárate, quien a sus 18 años ya tenía un récord amateur de 33 victorias ganando los guantes de oro mexicanos en 1969, se hizo campeón mundial de boxeo peso gallo de 1976 a 1979, cinturón que defendió en 10 ocasiones, con un récord de 66 victorias y sólo cuatro derrotas, reveló a los jóvenes que las adicciones en su vida no sólo lo llevaron a perder dinero, negocios y familia, sino además lo orillaron a intentar el suicidio.
En este encuentro estuvieron presentes familiares y amigos de Carlos Zárate, su esposa Nelly Scott, quien felicitó a la comunidad universitaria “por tan increíbles instalaciones”; así también su ahijado, Saúl “El Matador” Rivera, y familiares de este.
Carlos Zárate, quien debutó en el boxeo profesional en 1970, con una victoria por knockout en dos asaltos contra Luis Castañeda, es uno de los pocos boxeadores mexicanos que han reunido más de 20 victorias seguidas por la vía del knockout. Esta vez, en la Arena BUAP recibió un reconocimiento de la mano del director de la Dirección de Deporte y Cultura Física de la BUAP, Miguel López Serrano, y uno por parte de la rectora Lilia Cedillo Ramírez.
En esas instalaciones universitarias, el pugilista obsequió a los universitarios ejemplares de su libro Éxito y Nocaut, en el que narra cómo fue su juventud, cómo salió de Tepito para irse a vivir a Puebla y luego regresar a la Ciudad de México, su ascenso en el boxeo, el infierno que vivió a causa de las adicciones y su recuperación: una segunda oportunidad de vida.