Esther aclaró que su decisión fue voluntaria para “adaptarse a las necesidades»; el hombre más rico del mundo despediría al 75 % de la plantilla a largo plazo

Luego del desembarco formal de Elon Musk en Twitter, sus decisiones han comenzado a ser notorias, como la disolución de la junta directiva y la consolidación de su control sobre la empresa.

Desde el 27 de octubre, el fundador de Tesla se transformó en el único director de la red social y ahora parece que quiere cambiar algunas formas de trabajo de su compañía, como la política de empleo remoto.

Una fotografía que se ha hecho viral en redes sociales refleja esta nueva dinámica: se trata de una ejecutiva de la red social durmiendo en el suelo de su propia oficina en una bolsa de dormir.

La protagonista de la imagen es Esther Crawford, quien trabaja en el área de “producto” de la compañía y decidió comentar la foto con la siguiente leyenda: “Cuando tu equipo se esfuerza al máximo para cumplir los plazos, a veces tienes que dormir donde trabajas”.

Las críticas y reacciones no tardaron en llegar, y fueron muchos los usuarios que el nuevo paradigma no sería más que una verdadera “pesadilla” para los trabajadores. Tras la gran repercusión que causó la imagen, Crawford tuvo que aclarar que su decisión había sido voluntaria para “adaptarse a las necesidades de su equipo, que trabaja desde todo el mundo para darle vida a algo nuevo”. “Todos los equipos están dando todo lo que pueden en esta transición: desde Diseño y Producto a Marketing”, enfatizó.

Musk ya se ha manifestado en muchas ocasiones como un firme defensor del trabajo presencial en la oficina; de hecho, también se ha hecho célebre por haber dormido dentro de su fábrica durante las semanas de producción del Model 3 de Tesla. Asimismo, en los momentos más críticos de la pandemia habilitó espacios para que sus trabajadores prácticamente viviesen ahí y se controlaran los contagios que podían afectar la producción.

Twitter se está preparando para despidos, según un informe del diario The Washington Post.

De acuerdo con el rotativo, la primera ola de despidos podría afectar a uno de cada cuatro miembros del personal. Según ese medio, el magnate les informó a los inversionistas que a largo plazo despediría al 75  por ciento de los 7 mil 500 trabajadores de la firma.

No se puede perder de vista que el hombre más rico del mundo invirtió 44 mil millones de dólares para comprar la red social y que en varias ocasiones se ha quejado de que no produce dinero suficiente. Además, estaría agobiado por las deudas por lo que lograr una robusta rentabilidad es uno de sus primeros objetivos. Para ello, de hecho, ya anunció una de las más comentadas y resistidas medidas: cobrarle a los usuarios verificados una determinada suma de dinero mensual (entre 8 y 15 dólares) para mantener ese status.

Dicho movimiento probablemente paralizaría las operaciones del sitio y afectaría su capacidad para moderar el contenido y garantizar la seguridad de los usuarios.

Por otro lado, los documentos internos obtenidos por The Post revelan que, antes del acuerdo de Musk, el liderazgo actual de la empresa planeó «recortar la nómina de la empresa» en alrededor de 800 millones, una reducción relativamente modesta del 25 por ciento en la fuerza laboral que solo vería alrededor de mil 900 personas desempleadas, junto con cortes de infraestructura «importantes» y cierres de centros de datos.

Los recortes de Musk serían «inimaginables», dijo a The Post Edwin Chen, un científico de datos que anteriormente estaba a cargo de las métricas de spam y salud de Twitter.

Cuando se le preguntó acerca de los posibles despidos en una reunión del ayuntamiento de Twitter en junio, Musk se pronunció a favor de los recortes de personal y argumentó que no veía por qué los trabajadores de bajo rendimiento deberían seguir empleados.

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