El invento desarrollado en laboratorios ubicados en Tonantzintla, Puebla, resultó efectivo al ser probado en el Área COVID19 del Hospital IMSS La Margarita.

En un laboratorio del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), ubicado en Tonantzintla, Puebla, fue creado un recubrimiento nanoestructurado que desactiva al COVID19, cuya prueba en el Área Covid del Hospital IMSS de La Margarita, resultó cien por ciento eficaz en la eliminación del virus.
 
Se trata de un recubrimiento fotocatalítico de óxido de titano dopado con nanopartículas metálicas, que se deposita sobre paneles tipo biombos de gran área; los compuestos se activan cuando están en contacto de la luz. Ahora, sus desarrolladores buscan expandir su utilización en las caretas plásticas de protección facial.

 Joel Molina Reyes, investigador del INAOE y líder del proyecto, narró que el trabajo científico empezó en junio del 2020, sin embargo fue hasta diciembre que se pudo poner a prueba el invento.

«Fue hasta diciembre del año pasado, después de aproximadamente dos meses y medio de trabajo experimental, que entregamos siete estructuras de área grande con un recubrimiento muy especial al área de Covid-19 del IMSS La Margarita en Puebla”.

Con el material se cubrieron unos paneles que funcionan como biombos plegables que fueron entregados al IMSS en diciembre de 2020 para ser colocados entre las camas de los pacientes hospitalizados por Covid-19.

Dos meses después, el 18 de febrero pasado, se hizo una revisión preliminar del uso de estas estructuras y se comprobó que efectivamente estaban funcionando al disminuir el tiempo de hospitalización de un paciente de Covid-19 que no requiera tratamiento de cuidado intensivo, pues el tiempo promedio de hospitalización pasó de 25 a 20 días en promedio usando estas estructuras.

“Esto para nosotros es importante porque demuestra el impacto directo del proyecto, y nos ha motivado a seguir desarrollando el recubrimiento fotocatalítico ahora para las caretas de protección personal. Recubrimos las caretas de plástico con el mismo material pero usando condiciones mejoradas y que generan mayor actividad fotocatalítica.

«Esto tiene la gran ventaja de que se pueden distribuir entre una mayor parte de la población, a diferencia de los paneles que entregamos al IMSS que es un esfuerzo muy bueno y que es un resultado también bueno, pero al final solo queda ahí localizado en una parte chiquitita, y creo que llevarlo a este tipo de estructuras abre la posibilidad de que mucha más gente pueda usarlo”.

El proyecto, subraya, es el resultado de una aplicación directa de conocimientos fundamentales de la Electrónica de Estado Sólido y de Ciencia de Materiales, donde se investigan materiales de estado sólido como semiconductores en forma de películas delgadas, y que se utilizan para fabricar dispositivos electrónicos integrados.

Añade que trabajaron en el Laboratorio de Microelectrónica, donde se adaptaron áreas para la síntesis de nanopartículas y para el proceso de recubrimientos de gran área por spray, pero que también se cuenta con el apoyo del Laboratorio de Espectrofotometría y Colorimetría “Dr. Luis Raúl Berriel Valdos”, liderado por Jazmín Carranza, donde se caracterizan algunos de estos materiales; del Laboratorio de Espectrofotometría. de Mariano Aceves; del Laboratorio mismo de Nanoelectrónica para fabricación de estructuras metálicas, y del Laboratorio de Microbiología, de Teresita Spezzia, donde se prueban diversos recubrimientos para la inactivación de microorganismos patógenos. En general, han tratado de hacer muy eficiente este proceso interdisciplinario pensando que representa realmente un esfuerzo institucional y que es urgentemente necesitado por la sociedad Mexicana.

 “Esta pandemia ha puesto a prueba muchas cosas en todo el mundo, México no se salva, es una situación en la que como sociedad nos damos cuenta que, si no invertimos en desarrollo científico y tecnológico y por supuesto en ciencia básica aplicada, pues realmente estas pandemias van a costar muy caras. Ya recientemente hemos visto que, el costo de una vacunación masiva para la población mexicana es de aproximadamente 35 mil millones de pesos, eso es más que el presupuesto anual para el Conacyt de todo el año 2021.

«Si queremos minimizar el costo monetario de situaciones como ésta, es importante que veamos la inversión en desarrollo científico y tecnológico como una prevención para todo lo que nosotros podamos desarrollar. Obviamente el costo más caro, tristemente lo han sufrido y siguen sufriendo muchas familias en todo el país y eso es algo que solo juntos, podremos minimizar”, concluyó.

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