Geólogos afirman que el Antropoceno, la «Era de los humanos» ya está aquí. Oficialmente, estamos viviendo en una época conocida como el Holoceno.
Los científicos dicen que el impacto de la vida humana ha sido tan grande, a pesar de nuestra existencia relativamente corta en la Tierra, que deberíamos reconocer el cambio de era.
La idea del Antropoceno fue propuesta y popularizada por primera vez por Paul Crutzen, un meteorólogo holandés, quien ganó el Premio Nobel de Química en 1995.
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Ahora, los científicos han encontrado en el Lago Crawford, en Canadá, pruebas de que ya nos encontramos Antropoceno, según un comunicado de la Sociedad Max Planck.
Los autores del documento dicen que un extracto de roca del lago registra la marca de un fuerte cambio y, por tanto, el impacto humano en el planeta Tierra.
Según la marca geológica en la roca, el incremento comenzó a principios de la década de 1950, un momento de nuestra historia reciente que vio un fuerte aumento en el uso humano de combustibles fósiles y las primeras consecuencias de las pruebas nucleares y termonucleares.
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Un colectivo de científicos conocido como el Grupo de Trabajo del Antropoceno ha propuesto, por tanto, que este descubrimiento sea el marcador oficial para el comienzo de la nueva época.
El hallazgo es el resultado de una búsqueda de 14 años en 12 sitios geológicos de todo el mundo, desde Polonia y Corea hasta México y China.
En la fase final, el proyecto centró en dos candidatos: el Lago Crawford en Canadá y el Lago Sihailongwan en el noreste de China.
Crawford Lake ganó con un voto del 60% a favor entre los miembros del grupo científico.
La evidencia de Crawford del Antropoceno
El remoto lago Crawford es excepcionalmente profundo y permite que los sedimentos se desplacen hacia abajo, año tras año, con intervención humana limitada o nula.
Tiene unos 24 metros de profundidad, pero las capas inferiores de agua no se mezclan mucho con las capas superiores.
Cada verano, cuando el lago se calienta, se produce una precipitación de carbonato de calcio. Eso deja una capa calcárea blanca, que los geólogos pueden leer como un registro anual preciso del entorno del Lago Crawford. Es una marca similar a la que marca anillos en el tronco de un árbol.
Los elementos radiactivos de las pruebas nucleares, las emisiones de carbono, las cenizas y los isótopos de nitrógeno de la quema de combustibles fósiles, el auge de las bacterias del azufre púrpura y el oxígeno atmosférico han dejado marcas en las rocas del Lago Crawford.
Foto: Especial