Por sus aportaciones a la literatura mexicana y mundial y sus contribuciones en el rescate de la memoria de Guillermo Haro Barraza
Por sus aportaciones a la literatura mexicana y mundial y sus contribuciones en el rescate de la memoria de Guillermo Haro Barraza y del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), este día se otorgó el Doctorado Honoris Causa a la escritora Elena Poniatowska Amor, en el marco de la ceremonia por el quincuagésimo aniversario de la fundación de este centro de investigación.
La primera parte de la ceremonia protocolaria estuvo presidida por el Dr. Edmundo Antonio Gutiérrez Domínguez, Director General del INAOE; el Dr. José Alejandro Díaz Méndez, Titular de la Unidad de Articulación Sectorial y Regional del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; el Ing. Feliciano Alfonso Hernández Téllez, Director de Planeación y Evaluación del Secretaría de Educación Pública federal; el Vicealmirante Ciudadano General de Estado Mayor Héctor Pineda Cruz, Director General de Servicios Generales e Hidrográficos de la Secretaria de la Marina Armada de México, y el General Brigadier Diplomado de Estado Mayor Héctor Jiménez Báez, Director del Centro de Investigación y Desarrollo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
En su mensaje de bienvenida, el Dr. Edmundo Antonio Gutiérrez Domínguez hizo una invitación a las nuevas generaciones a tomar la estafeta, llevarla hacia el futuro y transmitirla “cuando este Instituto cumpla un siglo de estar trabajando” Agregó que la meta a futuro es interactuar más con la sociedad, transmitir el conocimiento en forma de soluciones.
En la primera parte de la ceremonia se rindió homenaje a los doctores Luis Raúl Berriel Valdos, Javier de la Hidalga Wade y Oleksandr Malik, investigadores del INAOE, y a Pedro Tecuatl Tecuatl, técnico de la Coordinación de Óptica, quienes fallecieron durante este año.
Asimismo, se entregó póstumamente al Dr. Raúl Berriel Valdos el grado de Investigador Emérito del INAOE. Como cada año, se reconoció al personal con 25, 30, 35, 40, 45 y 50 años de servicio en el INAOE.
Después de un breve receso, se retomó la ceremonia. En esta parte del programa se integraron al presídium la Dra. María Elena Álvarez Buylla Roces, Directora General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y el Dr. Melitón Lozano Pérez, Secretario de Educación Pública del Estado de Puebla.
El clímax de la ceremonia fue el otorgamiento del Doctorado Honoris Causa a la escritora Elena Poniatowska Amor.
Después de recibir el Doctorado Honoris Causa, profundamente conmovida Elena Poniatowska leyó: “Qué diría Guillermo Haro del honor que me hacen ahora en el INAOE de Tonantzintla. Qué dirían Braulio Iriarte y Luis Rivera Terrazas que subían todas las mañanas con sus portaviandas para observar las manchas del Sol. Qué dice hoy el Dr. Alejandro Cornejo, quien nos acompaña al lado del actual director del INAOE, don Edmundo Gutiérrez. Guillermo Haro diría que vivimos en un mundo al revés. Un mundo tan sorprendente como la bienvenida que le dio a él Alfonso Reyes al recibirlo como miembro de El Colegio Nacional y llamarlo sacerdote del telescopio”.
La autora de La piel del cielo puntualizó: “También hoy, 33 años después de su muerte siento el mismo destanteo, me destantea que ustedes hombres de ciencia, jóvenes trabajadores y trabajadoras de Tonantzintla, me envuelvan en el gran abrazo del mundo de la ciencia al que sólo tengo acceso porque ustedes me abren los brazos y supongo que lo hacen y decidieron porque creí y creo en Guillermo Haro y en su observación del cielo nocturno, creo en el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica y en sus antiguos y nuevos investigadores”.
La escritora comentó que este reconocimiento es “un regalo que es como una lluvia de estrellas desde lo alto del cielo de Tonantzintla sobre mis casi noventa años de edad y me hace recordar que de 1943 a 1988 Guillermo Haro vivió para este cielo que ahora cubre nuestras cabezas. Aquí en esta tierra que es también el cielo porque finalmente lo de arriba es lo de abajo, están sus raíces y aquí en esta pequeña elevación que Guillermo Haro veía desde la carretera cada semana y solía llamar colina de Tonantzintla se encuentran sus cenizas”.
Se refirió a aspectos de la historia de la ciencia en nuestro país, rememoró a algunos de los fundadores del antiguo Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla e hizo un reconocimiento a los investigadores en el área de Astrofísica y en especial a las mujeres astrofísicas: “Esta es una enorme sorpresa, como ustedes notarán me conmueve una barbaridad este reconocimiento en un lugar que amo muy profundamente”.