Cuando la Luna se encuentra en apogeo (el punto de su órbita respecto a la Tierra en el que se ve más pequeña) es mucho más probable que ocurra un eclipse anular de sol.
De pronto, el cielo se oscurece. No pasan más de cinco minutos antes de que una noche absoluta y repentina invada la bóveda celeste. Algunos animales aúllan. Otros se esconden en sus madrigueras para dormir. Los seres humanos, a veces, vuelven los ojos al cielo. El astro más grande en el cielo va perdiendo su potencia, hasta ser interceptado por un objeto colosal que lo reduce a un anillo de luz potente. Esta serie de fenómenos se presentan al ocurrir un eclipse anular de sol.
Es común que la primera clasificación de eclipse que se tenga en mente sea la siguiente: lunar o solar. El caso del eclipse anular, aunque generalmente son más espectaculares, es menos conocido. De manera general, se presentan cuando se deja una región ensombrecida en el Sol, mientras la Luna se interpone entre la Tierra y éste. Llega un punto en el que los astros se alinean a la perfección, por lo que parece que en el cielo hay un anillo de fuego.
Lo que realmente está pasando es que la Luna obstaculiza el paso “normal” de la luz solar a la Tierra. De esta forma, se inserta justo en el centro del Sol, y en el firmamento se manifiesta un eclipse total con un halo encendido. Esta situación se acentúa con la distancia entre los tres objetos celestes.
Cuando la Luna se encuentra en apogeo (el punto de su órbita respecto a la Tierra en el que se ve más pequeña) es mucho más probable que ocurra un eclipse anular de sol. Por el contrario, no es posible observar desde la Tierra eclipses anulares de Luna, ya que el Sol es exorbitantemente más masivo que nuestro satélite natural. Esto no permite que el fenómeno “inverso” pueda ser apreciable en nuestra bóveda celeste.
¿Qué va a pasar el 10 de junio?
Aproximadamente a las 7 de la mañana de este día, la Luna pasará entre la Tierra y el Sol. Esto provocará un eclipse anular de sol total, que dejará lucir un halo de luz dorada en torno a nuestro satélite natural. Es fundamental recordar que no podrá observarse si no es con lentes especiales, para evitar secuelas en los ojos humanos.
El espectáculo natural podrá observarse en Canadá, Groenlandia, el Océano Ártico y Siberia según las estimaciones de la institución estadounidense. Específicamente en Washington, D.C., se oscurecerá un 80% del lado izquierdo del Sol. En el norte europeo y asiático, sin embargo, podrá verse como un eclipse parcial solamente. De esta manera, se dará comienzo al calendario lunisolar para varias culturas.