El presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, colaborará con el gobierno federal y la Dirección Nacional de PEMEX para la localización de tomas clandestinas en la ciudad, esto luego de que se detectara un “huachitunel” bajo una taquería de la central de abasto.
Pese a que este tipo de delitos son de competencia federal, el edil afirmó que brindará la ayuda necesaria para saber lo que ocurre dentro de predios y locales, debido a que “el huachitunel localizado en una taquería en la Central de Abasto era difícil de detectar al estar al interior de un inmueble privado”.
El alcalde señaló que la Fiscalía General de la República realiza la investigación junto con el Ejército Mexicano, por lo que pidió a ciudadanos que viven en la zona de ductos al norte de la ciudad, denunciar cualquier irregularidad para que la Policía Municipal haga lo propio.
“Si estamos viendo que en un terreno o que en un negocio de tacos está saliendo una pipa de gas cada tercer día, es que no está vendiendo tacos, sino que está sucediendo algo raro e ilegal en ese lugar”.
Rivera Pérez contó que ayer tuvo una reunión con los presidentes auxiliares de la zona norte para estar al pendiente de este tema. Asimismo, dijo que de ser necesario acudirán a atender este tipo de solicitudes.
Tomas clandestinas: ¿Cómo se detectó el “huachitunel” en la Central de Abasto?
El presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, recordó que la toma clandestina de huachicol se detectó porque PEMEX tiene medidores de presión en los ductos. Contó que las autoridades federales se percataron de que había una baja de presión en el ducto Cactus-Guadalajara que pasa a un lado de la autopista México-Puebla, por lo que decidieron acudir inmediatamente.
Los elementos investigaron cerca de la Central de Abasto de Puebla, en donde comenzaron a excavar. Los trabajadores duraron alrededor de ocho horas en encontrar un hueco que daba directo a un túnel de huachicol.
Al sitio tuvieron que acudir elementos de la Sedena, Guardia Nacional y Protección Civil para apoyar a los trabajadores de Pemex, quienes descubrieron que el túnel tenía un gran trabajo de ingeniería, ya que contaba con aire acondicionado, luz y agua potable.
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