El cementerio, que ocupa los terrenos del antiguo Rancho de Agua Azul, surgió en 1887 ante la necesidad de un espacio adecuado para enterrar a los difuntos

En el lejano año de 1888, el Panteón Municipal de Puebla tenía apenas un año de haber sido construido y, a diferencia de hoy, tenía muy pocas tumbas.

Así lo revelan estas fotografías que forman parte de la Colección García Granados y compartidas ayer en Twitter por el diputado federal Mario Riestra Piña.

Las imágenes nos muestran un aspecto distinto de este cementerio, el cual ocupa los terrenos de lo que fue alguna vez el Rancho de Agua Azul, y surgió ante la necesidad ciudadana de un espacio adecuado para enterrar a los difuntos y con el que se evitaran definitivamente las infecciones y enfermedades, aún comunes por entonces, debido al mal manejo de cadáveres.



Hoy en día, ese espacio que era tan novedoso, alberga a alrededor de 33 mil tumbas de las cuales 300 son catalogadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cómo monumentos históricos, gracias a su arquitectura barroca de los siglos 19 y 20.

Entre los personajes históricos enterrados allí resaltan miembros de las familias O’Farrill y Bello, además del general Juan Crisóstomo Bonilla.

Anteriormente aquí también estaban enterrados los restos de los hermanos Serdán; no obstante, en el año 2018 fueron exhumados y trasladados a la que un día fue su casa en el Centro Histórico.

El Panteón Municipal de Puebla se ubica en la esquina de la avenida 37 Poniente, con la calle 11 Sur, en la colonia Reforma Agua Azul. Sus puertas abren de lunes a domingo, de 8 a 18 horas.