El presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez aseguró que las licencias para regulación de ruido no afectarán a los restaurantes, debido a que habrá “honestidad, responsabilidad, coordinación y transparencia para aplicar esta norma”.
El alcalde dijo que es viable regular el ruido, ya que en ocasiones en fiestas y antros se convierte en un problema para los ciudadanos.
Tras las críticas emitidas por el presidente de Cámara Nacional de la Industria Restaurantera (Canirac), Carlos Azomoza Alacio, sobre la obligación para gestión de licencias por ruido, mencionó que esto no es una ley implementada por su gobierno, sino por el Congreso de Puebla.
“Lo que comenta el presidente de Canirac es producto de una ley que se aprobó en el Congreso del Estado, no es una medida que haya implementado el gobierno de la ciudad. Los diputados legislaron al respecto del tema de ruido que en ocasiones se convierte en un problema y al municipio solo le corresponde reglamentarla y operarla”.
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Rivera Pérez pidió al sector empresarial no preocuparse, pues recordó que anteriormente han trabajado de manera coordinada en otro tipo de políticas públicas.
El 23 de diciembre de 2022, el director de Normatividad Ambiental e Imagen, Manuel Díaz García informó que los antros y bares de la ciudad van a tener que tramitar una licencia de generación de ruido este año (2023) para evitar que exista contaminación auditiva.
El funcionario explicó que los negocios que rebasen los 68 decibeles permitidos van a ser clausurados o acreedores a una multa de 20 a 20 mil UMAS (mil 924 a un millón 924 mil pesos).
Canirac crítica implementación de licencias de generación de ruido a establecimientos:
Ayer, el líder de Canirac Puebla, Carlos Azomoza Alacio, señaló que esta licencia se trata de una medida recaudatoria y de corrupción que se va a prestar para que cualquier persona llegue a cobrar una multa con el argumento de que “el ruido está sobrepasado”.
“Es el arma perfecta para la corrupción, no puedes cobrar una licencia por algo que no está permitido y luego dejarlo en manos de los inspectores que van a llegar con equipos especializados (sonómetros) que posiblemente no estén bien calibrados”.
Por Irina Díaz
Foto: Agencia Enfoque