La negación de los derechos fundamentales es una tragedia que viven a diario millones de mujeres y niñas en Afganistán. Esta vez alrededor de 100 personas, incluidas 80 niñas, fueron víctimas de envenenamiento, en lo que sería una respuesta a su intento por acceder a la educación.
Según el director de información provincial, Mufti Ameer, citado por la Agencia EFE, la agresión se produjo cuando personas desconocidas rociaron un veneno en las aulas de dos escuelas, mientras las niñas asistían a clases.
Como resultado, todas presentaron problemas respiratorios y náuseas, síntomas con los que llegaron a un hospital cercano, indicó Ameer.
Los hechos ocurrieron en la provincia de Sar-e-Pul, en el norte del país. Al menos 60 de las estudiantes fueron envenenadas en la escuela Naswan-e-Kabod Aab y otras 17 en el centro educativo Naswan-e-Faizabad.
“Ambas escuelas primarias están cerca una de la otra (…) Trasladamos a las estudiantes al hospital y ahora están todas bien”, aseguró el director del departamento de educación provincial Mohammad Rahmani.
Entre los afectados también se encuentran tres maestras, un profesor, dos conserjes y un padre.
Un funcionario de educación citado por la agencia de noticias estadounidense ‘Associated Press’ señaló que la persona que orquestó el envenenamiento tenía un “rencor personal”, mientras las autoridades investigan qué personas estarían detrás de los ataques y qué sustancia habría sido empleada.
Se cree que esta es la primera vez que se da una agresión de este tipo desde que los talibanes retomaron el poder en agosto de 2021, en medio de la retirada de las tropas de Estados Unidos luego de 20 años en el país, seguidas del resto de los cuerpos militares de los aliados occidentales.
Las niñas y mujeres afganas son víctimas de “crímenes de guerra” en Afganistán
Desde que retornaron al poder hace cerca de dos años, el movimiento islamista talibán ha sembrado terror mientras retoma la represión de los derechos y libertades de mujeres y niñas en Afganistán.
Para ellas está prohibida la educación después del sexto grado, por lo que no pueden acceder a la universidad y las mujeres no pueden acceder a la mayoría de los trabajos ni espacios públicos.
Una tragedia y una vulneración de derechos que va acompañada de violencia y distintos tipos de agresiones contra quien intente evadir las imposiciones.
De hecho, un reporte de Amnistía Internacional y la Comisión Internacional de Juristas, difundido el pasado 26 de mayo, da cuenta de las restricciones draconianas de los talibanes, las cuales incluyen detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, encarcelamientos y torturas.
Ante los hallazgos, las dos organizaciones pidieron a la Corte Penal Internacional (CPI) de la Haya investigar al régimen talibán por el probable crimen de lesa humanidad de persecución por motivos de género.
Los derechos de las mujeres en Afganistán han variado a lo largo de la historia. Si bien lograron la igualdad en la Constitución de 1964, estos derechos les fueron arrebatados en la década de 1990 con la guerra civil y la llegada al poder de los grupos fundamentalistas talibanes entre 1996 y 2001, año en el que fueon expulsados tras la invasión de las tropas de Estados Unidos y sus aliados occidentales.
Pero la guerra más costosa de la historia no logró desaparecer al movimiento talibán ni mucho menos su ideología.
Y tras dos décadas ausentes del poder por la presencia militar de Occidente en el territorio afgano, han resurgido.
Desde su periodo anterior de dominio impusieron estrictas reglas islamistas para las mujeres como la prohibición de hablar en voz alta en público, transitar fuera de sus hogares sin un pariente de sangre, mostrar cualquier parte de su cuerpo o asomarse a los balcones.
Muchas fueron azotadas o lapidadas por el incumplimiento de cualquiera de sus normas. Un horror cotidiano que ahora se extiende con el retorno del movimiento político-religioso y extremista que busca imponer un régimen islámico radical con la aplicación de la sharía, la base del Islam.
Vía france24.com
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