Gerardo Martino tiene un récord indecoroso y humillante: el único técnico con México que ha sufrido tres derrotas ante EUA
Estados Unidos fue dominante al menos 75 minutos del juego. Tuvo el control táctico, mental y futbolístico del partido. Impuso condiciones, empalagó a la tribuna y llenó de oprobio a una Selección Mexicana que, desde la banca no supo reaccionar, y que en la cancha naufragó, como los marinos torpes, a puritito miedo.
Gerardo Martino tiene un récord indecoroso y humillante: el único técnico con México que ha sufrido tres derrotas ante Estados Unidos en menos de cinco meses. Lo más grave: el rival le ha jugado siempre igual y El Tata reacciona siempre igual: inoperante e impotente.
Un primer tiempo donde México se acerca a la emboscada. Estados Unidos hace recorridos cortos en defensa, intensos, organizados, sólidos, obligando al desgaste físico de México, con más dinámica, más relevos y menos reposos. El galgo tricolor resopla, el conejo es tesón. La telaraña se extiende. El 0-0 tiene un elevado costo en los pulmones mexicanos.
En el fondo, el Tri sufre los velocistas en sus carriles interiores, y el relevo con los costados. Edson Álvarez persigue sombras y Luis Romo caza fantasmas. ¿Héctor Herrera? El de siempre, intermitente, defiende poco, pero es el único que enciende luces de coherencia.
El 0-0 del primer tiempo, parecía un acto de compasión para Estados Unidos, pero terminó siendo un desborde de misericordia, para un equipo mexicano atribulado, y sin respuesta en el fondo.
Weah sigue montado ridículos con las cenizas de Gallardo. Al ’75 llega a fondo. El centro es preciso. Aparece Christian Pulisic, centímetros más cerca de la gloria que el salto desesperado de Catita Domíngues. La pepena de seco cabezazo, lejos de los eventuales milagros de Guillermo Ochoa. 1-0.
Al 86, la historia se redondea con el drama tragicómico del tan conocido «dousacerou«. De nuevo, desbordando, a placer, por en medio de cuerpos vencidos, torpes, atemorizados.
Weston McKennie lo había buscado 86 minutos. Lo encuentra, fulminando a Ochoa, encaramando a EE.UU. en la tabla de posiciones, asumiendo el cacicazgo del área. Sí, el Pa-Tri-arca de la Concacaf. Tata Martino, tres martirios, y a expensas de otra zarandeada en Candá, el próximo martes.
F. ESPN