Luis Rubiales ha presentado este domingo su renuncia al cargo como presidente de la Real Federación Española de Fútbol tras su beso sin consentimiento a Jennifer Hermoso después de la victoria de España en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Lo ha hecho a través de un comunicado que ha difundido en sus redes sociales. En él, asegura que ha transmitido a Pedro Rocha, presidente en funciones de la RFEF, su ‘renuncia al cargo’ y, además, ha hecho lo propio con su responsabilidad en UEFA, de donde era vicepresidente.

«Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo. Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español», apunta Rubiales en la carta, que además, asegura que «hay poderes fácticos» que impiden su vuelta y asegura que su salida «contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030′ en clara relación con la candidatura ibérica para el Mundial.

«No quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo», explica Rubiales.

Jenni Hermoso denuncia ante la Fiscalía a Rubiales

El pasado viernes, apenas dos días antes de la dimisión de Rubiales, que no olvidemos estaba suspendido de sus funciones por la FIFA, la Fiscalía de la Audiencia Nacional presentó una querella contra Luis Rubiales por dos delitos de agresión sexual y coacciones como consecuencia del beso sin consentimiento a la jugadora de la selección femenina de fútbol al término de la final del Mundial y de la actuación posterior del presidente federativo y de algunos de sus colaboradores. La Fiscalía relata en su querella la denuncia de Hermoso, quien declaró que Rubiales le «agarró con las dos manos» la cabeza y le dio un beso «sin consentimiento». «Inmediatamente» tras este hecho, la jugadora sostiene que tanto ella como su «entorno más próximo (familia y amistades), sufrió una presión constante y reiterada por parte» de Luis Rubiales y del «entorno profesional de este», con la «finalidad de que públicamente justificara y aprobara el acto cometido contra su voluntad».

Dice Hermoso que como consecuencia de ello, ha «sufrido una situación de hostigamiento», en contra del «desarrollo de su vida en paz, tranquilidad y libremente». En su querella, la Fiscalía pide la declaración como imputado de Rubiales por delitos de agresión sexual y coacciones, y a la propia Jenni Hermoso como víctima de los hechos. También que se recabe de las autoridades australianas si también contempla en su código penal el delito de agresión sexual a efectos de la doble incriminación imprescindible para poder encausar estos hechos en España, que han sido cometidos en el extranjero. Ahora el juzgado al que recaiga la querella debe decidir si abre o no procedimiento penal contra él.

Vía cadenaser.com

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