Los clubes que enfrentan ahora el procedimiento de la UEFA son tres de los 12 que fundaron la Superliga y que quedó cancelada poco después de su creación.

La UEFA abrió un procedimiento disciplinario contra Real Madrid, Barcelona y Juventus, tres de los clubes rebeldes que anunciaron la creación de una Superliga y que ahora podrían quedar vetados de la Liga de Campeones.

Quedaron abiertos casos por “potenciales infracciones al marco jurídico de la UEFA”, indicó el martes el organismo rector del fútbol europeo.

Los estatutos de la UEFA incluyen una sección que “prohíbe la reagrupación” para conformar clubes o ligas sin el permiso del organismo o que queden fuera de su control.

Los clubes que enfrentan ahora el procedimiento de la UEFA son tres de los 12 que fundaron la Superliga, misma que quedó cancelada poco después del anuncio de su creación. El Madrid, el Barça y la Juve son los únicos fundadores que se han negado a renunciar públicamente al proyecto del nuevo certamen.

El presidente de la UEFA Aleksander Ceferin advirtió el mes pasado a los clubes: “si dicen que son una Superliga, entonces por supuesto no disputarán la Liga de Campeones”.

La UEFA no dio un calendario para el procedimiento disciplinario contra los tres equipos, los cuales se han clasificado por méritos deportivos a la próxima edición de la Liga de Campeones.

Cualquier veto contra los clubes —y una decisión eventual de reemplazarlos por otros equipos españoles e italianos para la “Champions”— desencadenará posiblemente apelaciones ante el el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), que quedaría presionado para emitir una resolución antes de las próximas competiciones europeas.

El sorteo para la fase de grupos de la Liga de Campeones se realizará el 26 de agosto y los duelos inician el 14 de septiembre.

Los nueve equipos que declinaron en favor de la UEFA son: Milan, Inter, Atlético de Madrid, Arsenal, Liverpool, Manchester United y Tottenham, así como los finalistas de la actual Liga de Campeones Chelsea y Manchester City.

Esos clubes accedieron a la exigencia de la UEFA, de renunciar al 5% del premio de las competiciones europeas en 2022-2023 y de pagar un acumulado de 15 millones de euros (18,4 millones de dólares) como “un gesto de buena voluntad” para beneficiar al fútbol infantil, de adolescentes y de inferiores.

Para un club histórico, una exitosa temporada en la Liga de Campeones suele generar alrededor de 100 millones de euros (122,5 millones de dólares) en premios de la UEFA.

Con este acuerdo, los nueve equipos autorizaron que serán acreedores a una multa de 100 millones de euros si nuevamente buscan disputar una competencia no autorizada, o de 50 millones de euros (61,2 millones de dólares) si violan cualquier otro compromiso con la UEFA.

La noche del 18 de abril, los equipos lanzaron públicamente el proyecto de la Superliga, que se hundió en menos de 48 horas debido a la reacción adversa de aficionados y a las amenazas de legislación del gobierno británico.

Los restantes tres equipos iniciaron acciones legales en la corte de Madrid contra la UEFA y la FIFA. Un juez pidió a la Corte de Justicia Europea en Luxemburgo que considere si las restricciones a los clubes rebeldes quebrantan las leyes de la Unión Europea.