El ex gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, alertó sobre un deterioro en la solvencia de empresas y familias que puede representar un riesgo para los bancos.
Durante la pandemia por coronavirus, las empresas empezaron a tener dificultades de liquidez y solvencia para pagar sus créditos debido a una disminución en la demanda (y la oferta) de bienes, sin embargo, en una fase próxima, se espera que las dificultades para el pago se extiendan a las familias.
Así lo advirtió el director del Banco de Pagos Internacionales, Agustín Carstens, durante su discurso en la Asamblea General Anual del Banco celebrada en Basilea, Suiza. “Un aspecto importante: el golpe a la solvencia todavía no se ha dejado notar del todo. En esta fase, se espera que sean las autoridades fiscales las que asuman el trabajo pesado.
Es posible que aumenten las insolvencias de empresas y que las familias atraviesen dificultades. Cuando esto ocurra, probablemente con el desencadenante de las discontinuidades (cliff effects) que se producirán cuando las primeras medidas de apoyo fiscal se agoten y las moratorias de pago finalicen, los bancos se encontrarán en el ojo del huracán”, afirmó.
La advertencia de Carstens de da en un momento en que, en México, las autoridades regulatorias emprendieron algunas facilidades que permitieron que la banca comercial ofreciera el diferimiento en el pago de créditos por periodos que van de cuatro a seis meses.
A tres meses de iniciada la pandemia, tres de cada 10 mexicanos con créditos formales han tenido dificultades para mantenerse al corriente con sus pagos. Carstens destacó las acciones emprendidas por los bancos centrales alrededor del mundo que, en su calidad de prestamistas de última instancia, han reaccionado rápidamente, estabilizando los mercados financieros y trabajando junto con las autoridades fiscales para amortiguar el golpe.
Señaló que se han emprendido medidas de alivio monetario en algunos casos volviendo a ampliar sus herramientas de política. “Los bancos centrales han suministrado a la economía mundial un oxígeno muy necesario, que ha permitido que sobrevivan empresas y se conserven empleos que, sin estas medidas, se habrían perdido durante el confinamiento.
Aunque parece que la economía global se está recuperando, todavía queda mucho por hacer”. El ex gobernador del Banco de México advierte que el virus dista mucho de haber sido derrotado, y numerosos países, sobre todo aquellos con defensas más débiles, se encuentran todavía en la primera fase de la batalla.
“Abordar los problemas de solvencia, prepararse para la recuperación y adaptar la economía al mundo pospandemia son las siguientes tareas de la lista. Al lidiar con estos riesgos inmediatos, los bancos centrales no deben soslayar otras prioridades.
Por ejemplo, los bancos centrales continúan siendo esenciales para sentar las bases de unos pagos seguros y eficientes, especialmente en esta época de rápido cambio tecnológico”, señaló Carstens.