Salarios más bajos y prestaciones ausentes son lo que sufren los egresados de instituciones tanto públicas como privadas del país.
Los egresados de la educación superior en México siempre han enfrentado el gran problema del desempleo, sin embargo este se vio agravado por la pandemia del COVID-19.
Salarios más bajos y prestaciones ausentes son lo que sufren los egresados de instituciones tanto públicas como privadas del país, de acuerdo con la La Encuesta Nacional de Egresados 2021 (ENE).
Según datos de la encuesta, el 43 por ciento de los egresados universitarios obtuvieron un salario de entre 3 mil a 8 mil pesos mensuales en su primer empleo, montos 3 por ciento más bajos que los registrados en 2020.
El 20 por ciento recibió un salario entre 8 mil 001 a 15 mil, y solo 3.9 por ciento más de 15 mil 001 pesos.
Los ingresos resultaron más altos cuando el vínculo para obtener el empleo fue una bolsa de trabajo de la universidad, bolsa de trabajo o agencia de empleo, es decir, mecanismos formales en contacto con empleadores.
Las prestaciones también fue un beneficio ausente para el 44.9 por ciento de los egresados en su primer empleo. El 46.2 por ciento dijo haber recibido prestaciones y solo el 8.9 por ciento recibió prestaciones superiores a la ley.
De acuerdo con la encuesta, la experiencia de las mujeres fue menos favorable, siendo ellas en mayor porcentaje quienes no contaron con prestaciones, incluso teniéndolas, fueron inferiores a las condiciones de los hombres.
Las carreras de Ingeniería y Ciencias de la computación se colocaron entre las mejor pagadas. En un año de confinamiento, las habilidades más valoradas fueron Comunicación y Manejo de Software. Por el contrario, hablar otro idioma se consideró menos útil.