Los hongos comestibles constituyen un excelente alimento porque aportan componentes nutricionales para una dieta completa, suficiente y equilibrada.
Investigadores del Colegio de Postgraduados (Colpos), Campus Puebla, desarrollaron estrategias e innovaciones biológicas y tecnológicas de aplicación inmediata para detonar la producción controlada de huitlacoche, sobre todo con agricultores de maíz de pequeña escala que dispongan de 0.25 a 1.5 hectáreas.
Encabezados por el especialista Daniel Claudio Martínez Carrera, refirió el Colpos que esta tecnología considera la producción y empaque controlado en cada una de las etapas del proceso de producción, desde la fase de laboratorio in vitro, la siembra del maíz, la inoculación de jilotes, la cosecha intensiva, el desgranado y empacado, hasta la conservación a baja temperatura.
El proceso de producción es llevado a cabo por los productores capacitados por académicos y técnicos especializados del Colpos, quienes vigilan las buenas prácticas de producción y manejo del producto para mantener los altos estándares de calidad e inocuidad, indicó el Colegio.
Este proceso generado diversifica las especies cultivadas de hongos comestibles, funcionales y medicinales en beneficio de la sociedad, a partir de los recursos genéticos nativos y del conocimiento tradicional, abundó.
Asimismo, agregó, apoya la producción nacional de maíz, incrementando la rentabilidad del cultivo al destinar pequeñas áreas de la parcela a la producción de huitlacoche. El producto se genera desgranado para mejor manejo y listo para ser usado en la cocina, detalló.
Con este tipo de acciones, el Colegio de Postgraduados vincula sus trabajos de investigación con el servicio a los pequeños productores de maíz que no tienen acceso a inóculo de huitlacoche de alta calidad ni cuentan con la capacitación adecuada para la producción de alimento tradicional.
El huitlacoche, manjar prehispánico de México
Considerando que la sociedad mexicana requiere mayor disponibilidad de productos que promuevan una alimentación saludable, los hongos comestibles constituyen un excelente alimento porque aportan componentes nutricionales, funcionales y psicológicos para una dieta completa, suficiente y equilibrada, que garantiza satisfacción integral (biológica, psicológica, social).
El huitlacoche es conocido como el manjar prehispánico de México, ya que su consumo es endémico de nuestro país. Las diversas culturas establecidas en el altiplano mexicano han valorado y consumido por siglos al hongo como un alimento tradicional.
Además, se trata de un producto único en el mundo, ya que representa la combinación de un hongo comestible (Ustilago maydis (DC.) Corda) y la semilla de la planta de maíz (Zea mayz L.).
Es una relación huésped (maíz)-parásito-(hongo), en la cual las semillas de maíz se deforman por el crecimiento del hongo y generando estructuras denominadas agallas.
Además de su importante valor nutricional, se han demostrado propiedades funcionales en el huitlacoche, derivadas principalmente del contenido de alfa y beta glucanos, a saber: antioxidantes, hipocolesterolémicas, inmunomoduladoras, anticancerígenas, anti-inflamatorias, antimicrobianas, antidiabéticas y antihipertensión.
La cadena agroalimentaria microbiana emergente de los hongos comestibles, funcionales y medicinales en México se expande a una tasa superior al 10 por ciento superior, generando grandes beneficios sociales, económicos y ecológicos al país.
Su producción actual representa un proceso productivo rentable, controlado, intensivo, eficiente en la utilización de agua, adaptable al cambio climático y desarrollado a pequeña y gran escala.
Existen las condiciones sociales, económicas y ambientales para diversificar las especies cultivadas en esta cadena agroalimentaria microbiana; asimismo, la demanda nacional e internacional de huitlacoche se expande rápidamente.
Ante los grandes avances en la producción de hongos comestibles, en particular del huitlacoche, es fundamental que las comunidades rurales del país tengan mayor acceso a tecnologías e innovaciones que les permita ampliar la disponibilidad de alimentos consumidos tradicionalmente, tanto para su propio consumo, como para su comercialización y generación de ingresos.