La desigualdad laboral de mujeres en Puebla y Tlaxcala afecta a un 70% de la población económicamente activa (PEA), que sufre de mayor informalidad y subocupación, en comparación a los hombre de ambas entidades.
La informalidad y la subocupación son dos de las condiciones laborales que enfrentan las mujeres trabajadoras en la región Puebla-Tlaxcala. Las tasas de esas dos condiciones que limitan el derecho de la población económicamente activa femenina en la región crecieron en los últimos tres meses, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La estadística señala que la PEA creció entre el segundo y el tercer trimestre del año. En el estado de Puebla el número de mujeres en edad de trabajar creció 5.5 por ciento para sumar 2 millones 738 mil 413 mujeres dispuestas a trabajar; en Tlaxcala esta cifra apenas aumentó 0.2 por ciento, es decir, 12 mil 276 mujeres se sumaron a la fuerza productiva de alrededor de 200 mil, aunque el mercado laboral en la región no ofertó oportunidades de empleo ni mejora de las condiciones para las que se emplearon durante julio-septiembre.
Aunque las cifras sobre el desempleo en las mujeres trabajadoras son alentadoras con el registro de disminuciones de 0.2 por ciento en Puebla y de 0.9 por ciento en Tlaxcala, las tasas de: informalidad, condiciones críticas y subocupación crecieron. Ahí, en esos tres criterios la proporción de mujeres poblanas en esas condiciones precarias y poco seguras en el trabajo estuvieron por encima del promedio del género masculino.
*Mujeres e informalidad laboral*
Las cifras del INEGI además revelan que las mujeres predominan en la informalidad laboral en la región Puebla-Tlaxcala. Durante el segundo y el tercer trimestre del año la tasa aumentó con respecto a la de los hombres.
En Tlaxcala, del total de mujeres que trabajan, el 70.9 por ciento de ellas lo hace en la informalidad laboral; esta tasa contrasta con el 60 por ciento de la población masculina en estas condiciones. Este mismo comportamiento se observa en Puebla, estado donde también la tasa de informalidad laboral en las mujeres fue superior a la de los hombres, es decir, del total de mujeres trabajadoras y empleadas el 70.4 por ciento lo hizo sin contrato, sin prestaciones y sin seguridad social, se autoemplearon o no accedieron a condiciones seguras para desempeñar su funciones.
Esta misma tendencia se observa en las mediciones del INEGI sobre la tasa de ocupación parcial que en Puebla fue del 10 por ciento de las mujeres trabajadoras que solo por temporadas lograron acceder a puestos de trabajo; esta tendencia es mucho mejor en los hombres con una tasa de apenas 5.3 por ciento.
En el caso de Tlaxcala, las tasas más altas por género son la de desocupación de 4.0 por ciento por encima de la de los hombres de 3.5 por ciento; la de ocupación parcial de 15.3 por ciento contra el 7.6 por ciento en los hombres y la de la informalidad laboral que fue, como ya se ha dicho, de 70.9 por ciento contra el 60.1 por ciento de los hombres.
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