Las farmacéuticas han emprendido una carrera contrarreloj para encontrar una vacuna que servirá para salvar vidas y reportará magníficos dividendos a sus descubridores.

La pandemia del coronavirus está afectando severamente la economía mundial, paralizando países y destruyendo miles de empresas y puestos de trabajo; sin embargo, también genera oportunidades de negocio para muchos sectores, entre ellos el farmacéutico y los vinculados a la fabricación de material sanitario y desinfectantes.

Consideradas como unas de las corporaciones más rentables del mundo, las farmacéuticas han emprendido una carrera contrarreloj para encontrar una vacuna que servirá sin duda para salvar vidas, aunque también reportará magníficos dividendos a sus descubridores, especialmente si se comercializa desde la iniciativa privada.

Las acciones de PharmaMar, especializada en la investigación de productos innovadores, llegaron a subir 33% luego de que la compañía anunciara que uno de sus medicamentos antitumorales podía servir como vacuna contra el Covid-19.

Otros laboratorios también han experimentado fuertes subidas en bolsa tras revelar avances puntuales en sus investigaciones para frenar la pandemia, a pesar de que todavía no hay nada concreto.

“La agricultura y la alimentación están rindiendo a tope ante esta situación, porque hay gente preocupada, que tiene más necesidad de acopio de alimentos. También tendrá un salto importante la distribución logística, así como el comercio electrónico que tiene un despunte increíble.

“Esto, porque en una sociedad de consumo y con la gente confinada en casa hay un notable incremento de compra online”, señala Mónica Melle, economista y profesora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Empresas distribuidoras y de comercio electrónico como Amazon están contratando ya a decenas de miles de trabajadores en Estados Unidos y en el resto del mundo para enfrentar el aumento de la demanda, sobre todo en aquellos países que han decretado el aislamiento de su población.

La pandemia multiplicará significativamente los ingresos de compañías textiles dedicadas a la confección de productos sanitarios y material de prevención, además de beneficiar a los fabricantes de artículos de higiene.

En Reino Unido, los desinfectantes aumentaron sus ventas en 255% en febrero pasado en comparación con el mismo periodo de 2019, según datos de la firma de investigación de mercado Kantar. En Estados Unidos la venta de este tipo de productos, entre los que se incluye el gel para manos, subió en febrero más de 70%, detalla un informe de la consultora Nielsen.

Las firmas que se dedican a la fabricación de aparatos médicos para tratar a los enfermos más graves, como los respiradores de la multinacional estadounidense 3M, obtendrán fuertes ganancias adicionales debido a la extensión de la pandemia, así como las compañías que producen test para detectar rápidamente el coronavirus y que están abasteciendo a los países más necesitados.

También la sanidad privada de muchos países verá redoblados sus ingresos por el desvío de pacientes a sus instalaciones ante el colapso de los hospitales públicos y el incremento de las pruebas del coronavirus, consultas y revisiones médicas, con precios que pueden oscilar entre los 100 y los 800 euros, dependiendo de los casos y siempre que no existan complicaciones.

El papel de la tecnología digital

Las plataformas tecnológicas especializadas en el entretenimiento y el trabajo a distancia, están resultando igualmente favorecidas. La enseñanza digital se impone tras el cierre de los centros educativos, lo que obliga a los alumnos a seguir los cursos desde casa; supondrá también una excelente oportunidad de desarrollo para este sector telemático.

“La pandemia está obligando a muchas empresas a teletrabajar, por lo que hay un sector importante y fructífero en todo lo que tiene que ver con plataformas y software para el teletrabajo y la educación online destinada a colegios y universidades.

“Se está haciendo de la necesidad virtud, con un impulso notable a la economía digital, la economía 4.0. En este campo, estamos aprendiendo a marchas forzadas”, resalta la académica de la UCM.

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