En casa, las familias pueden tener un buen libro de historia de México, su Bandera Nacional y a la Virgen de Guadalupe para reforzar su identidad.
Ante la pandemia del COVID-19, los mexicanos pueden celebrar desde sus casas las fiestas patrias del mes de septiembre, reforzar su identidad, estar acompañados por sus seres queridos y utilizar la tecnología para acercarse a sus demás familiares y conocidos.
En estos momentos es importante que todos los mexicanos tengan presente, quiénes son y de cómo se ha fraguado la identidad de nuestro país a través de la historia y de cómo la estamos viviendo en estos tiempos, manifestó David Sánchez Sánchez, director académico de la Facultad de Humanidades de la UPAEP. Señaló que cada una de las personas tiene la libertad de aceptar o negar su propia identidad histórica, agregó que en caso de negar dicha identidad, ésta puede darse por la ignorancia, el desconocimiento o la manipulación.
En ese sentido, David Sánchez refirió que es importante que la gente esté comprometida a reconocer su auténtica identidad como mexicanos. Indicó que la historia no es ajena a la vida diaria de las personas.
“Ya que esta ciencia de la historia hace que nos preguntemos desde el hoy, sobre ese ayer, pues existe una relevancia aún destacada para que siga formando parte de nosotros.
Por lo tanto, no es algo caduco, muerto o puro pasado, sino que es realmente un vínculo del presente con dicho pasado por su alta relevancia en nuestras identidades actuales”.
Sánchez Sánchez, enfatizó que es momento de recordar, de tener presente en el corazón todos estos acontecimientos que se han registrado en la historia de nuestro país, porque conmemorar es recordar y por consecuencia, podemos llegar a festejar.
Dijo que el conmemorar para los mexicanos estas fiestas patrias no debe consistir en tomarse un día libre, de irse a la playa o a la montaña, de organizar una comida o un baile; es mucho más que eso.
Es recordar, pasar por el corazón dichos momentos históricos de la identidad nacional actual que la ha conformado a lo largo de los siglos. Subrayó que los Estados Unidos Mexicanos tienen una de las identidades históricas más importantes y destacadas de la historia de la humanidad, desde su primer poblamiento hasta los inicios de este Siglo XXI.
No todos los territorios del mundo podrían asegurar tal relevancia histórica que con luces y sombras como en el resto de la historia y los continentes, han conformado la nueva y preciada realidad de esta amada nación mexicana.
Externó que México tiene grandes conmemoraciones, como son las fiestas patrias, las grandes efemérides que han conformado al país en su conjunto a lo largo de la historia.
Señaló, “el próximo año se tienen los 500 años de la caída de la triple alianza frente a la alianza Indio-castellana comandada por Hernán Cortés el 13 de agosto de 1521. De igual forma, los 200 años de la Consumación de la Independencia por Agustín de Iturbide, el 27 de septiembre de 1821.
Incluso, si nos vamos un poco más allá, en 11 rápidos años, se estarán celebrando los 500 años del acontecimiento Guadalupano entre el 9 y 12 de diciembre de 1531”.
David Sánchez, apuntó que estas tres fechas son ejemplos singulares y destacados de la conformación de la identidad e historia del México de Hoy, de sus raíces, que se deberían investigar, conocer, difundir y conmemorar, pasando nuevamente por nuestros corazones que con orgullo debemos dar a conocer no sólo entre nosotros, sino al mundo entero.
En su intervención, Robin Ann Rice Carlsson, catedrática investigadora SNI y académica de la Facultad de Humanidades de la UPAEP, manifestó que el concepto de identidad es un concepto muy gastado por su sobre uso en nuestra sociedad y por gastado, ha perdido su sentido pleno. Y con respecto a la historia, agregó que es un concepto tan difícil como el de la identidad de definir.
Porque a partir de la concordancia generalizada entre la mayoría de las personas sensatas sobre las horas, las fechas y los años de ciertos acontecimientos importantes del pasado, el resto de la discusión sobre la historia es tan nebuloso y subjetivo como los testimonios de personas que hayan presenciado algún acontecimiento en la calle.
Ann Rice comentó que cuando el ser humano interpreta el mundo exterior acompañado de una serie de prejuicios según su identidad social; con una identificación con ciertas identidades sociales sin filtros meditativos y reflexivos, podría llegarse a enfermedades sociales como el racismo, el clasismo, el patriotismo demasiado entusiasta, enardecido, apoteósico que únicamente conducen a la intolerancia, la discriminación, la violencia y otros comportamientos que realmente destruyen el tejido de otras identidades sociales y culturales más vulnerables e indefensas.
Destacó que los grandes historiadores son los que han cuestionado a las historias sobre un evento para aproximarse a una versión meditada de las historias y ofrecen interpretaciones de datos ya memorizados por generaciones y generaciones para seguir aportando al entendimiento humano del mundo en un momento transitorio.
Indicó que las identidades sociales también van cambiando porque como seres humanos cuando sabemos mejor podemos actuar mejor.
Por lo tanto, el ir forjando identidades que en esencia difícilmente se cambian, pero que se pueden acrisolar. La académica manifestó que las identidades mexicanas y las historias sobre México y su relación con estas identidades mexicanas son tan variadas como el territorio nacional y la riqueza de su multiculturalidad.
Por su parte, Arturo Alejandro Rocha Cortés, catedrático investigador de la Universidad Intercontinental, expresó que en estos momentos no se trata de buscar cuáles son los valores de los mexicanos, sino cómo son sus valores, cómo los viven, identificar esas ricas realidades y el vasto patrimonio de cosas dignas que se llaman valores en la experiencia de la cotidianidad mexicana.
Por último, Francisco José Borge Cordovilla, docente e investigador y funcionario de carrera de la Junta de Castilla y León, España, explicó que en la historia mexicana se pueden considerar dos fases, una fase previa al encuentro con los europeos y una fase posterior a este encuentro.
Indicó que la historia es un constructo y este se basa en la tradición, considerando que la tradición es la base de la historia, además de que la tradición se basa en las fuentes que pueden ser escritas u orales o cualquier otro tipo de fuente.
Borge Cordovilla indicó que en México el conflicto desde el punto de vista de percepción que tenemos en España, surge por la ruptura brusca que se produce entre la fase precolombina y la fase que trae consigo el contacto primero con el mercantilismo europeo y el afán por abrir nuevas rutas comerciales que estaría encarnado por Cristóbal Colón y después bajo el patrocinio de la Corona Española unida en la figura de los reyes católicos que ven la oportunidad de extender la influencia de España en lo comercial a través del establecimiento en América.
El académico enfatizó que se debe forjar con todo orgullo este constructo histórico común, se debe seguir incorporando el acervo de los hechos que van ocurriendo y los debemos someter a la criba de la crítica y nos debemos sentir muy orgullosos del edificio histórico y de la comunidad social y económica, porque hay mucho por hacer todavía y debemos partir de esa base que se basa en el reconocimiento de la identidad propia, sin llevarla a exageraciones y subsumido a una identidad común que es más rica y nos va a dar a todos más oportunidades.