Los resultados del proceso electoral intermedio pondrán sobre la mesa distintas tácticas que cada partido llevará a cabo de cara a la elección de 2024.


La disputa por la Cámara de Diputados implica la posibilidad de que Morena conserve la mayoría para impulsar su agenda en el segundo periodo de gobierno. El proceso electoral de 2021 ha sido catalogado como el más grande e importante en la historia democrática de México.

No solo se trata de las elecciones con el padrón electoral más robusto ─más de 92 millones de personas registradas ante el INE─, sino que serán las que más puestos públicos someterán a disputa: 500 cargos federales y 20,311 locales.

ELECCIONES EN PUEBLA

Este 6 de junio, la entidad renovará las 217 alcaldías y 41 diputaciones (26 por elección popular). El hecho de que todos los municipios participen en los comicios impulsa la concepción de un posible referendo a la administración de Miguel Barbosa y su influencia en cada localidad.

El Mtro. Juan Luis Hernández Avendaño, director general del Medio Universitario considera que la elección puede ser reñida en la ciudad de Puebla si se consolida la candidatura de Eduardo Rivera de Va por México. La postulación del panista, comenta, podría propiciar el diálogo y la colaboración con el Gobierno estatal que no ha existido durante la administración de Claudia Rivera.

A esto se suma que el Ayuntamiento capitalino no ha logrado consolidar una agenda distinguible con respecto a lo que ha ocurrido en periodos anteriores. “Si bien hay esfuerzos importantes por reducir el crimen organizado y el huachicoleo, no se ha apreciado del todo un cambio fundamental. Aquí [en Puebla] hay mayores y mejores condiciones para que la oposición le dispute a Morena ayuntamientos y diputaciones”.

Evaluación de la 4T De manera paralela, estará en juego el rumbo del país, pues se someterá a discusión el actuar que han tomado la Cuarta Transformación y el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se trata, pues, de un primer referendo al régimen morenista a dos años de su llegada. Dicho proceso verá la llegada de la alianza tripartita entre PAN, PRI y PRD bajo el lema Va por México, la cual se enfrentará a Morena (con mayoría en el Congreso) y sus aliados.

Para el Mtro. Hernández Avendaño, titular del Medio Universitario de la IBERO Puebla, esta estrategia refleja una caída en la trampa de la polarización de los contrapesos. Se trata también de una consecuencia de las carencias de identidad partidista. Mientras que el partido de derecha se presenta como la fuerza opositora mejor parada, los otros dos hacen las funciones de “rémoras” al saberse incapaces de contender de manera independiente.

Esta colaboración no es nueva. En 2010, los tres partidos más longevos se unieron en cinco elecciones estatales para romper los cacicazgos priistas de más de 80 años. Ahora, se trata de una apuesta por mitigar los estragos de un gobierno que les ha arrebatado buena parte de la narrativa pública, por lo que la suma tripartita podría hacer más pareja la competencia al partido en turno.

Del mismo modo, la coalición en torno a Morena no tiene claridad ideológica; lo que le da esa claridad es el liderazgo de López Obrador. Así lo explica el Dr. Miguel Calderón Chelius, coordinador del Observatorio de Salarios y académico en el Departamento de Ciencias Sociales de la IBERO Puebla.

Hay fuerzas muy diferentes adentro de Morena, pero se han agrupado bajo la necesidad de renovación. En síntesis, la colaboración en la coalición Va por México “representa lo que ya se ha visto desde hace 15 años: alianzas partidistas coyunturales que no tienen que ver con afinidades ideológicas o programáticas, sino esencialmente por razones de sobrevivencia partidaria o sostenimiento de estructuras territoriales competitivas”.

COVID Y VACUNACIÓN

Inevitablemente, la pandemia y sus efectos económicos y sanitarios tendrán un impacto en la narrativa tanto del gobierno como de la alianza opositora. Al igual que con otros ejes de interés público como la inseguridad y la contracción económica, la votación será una primera valoración sobre si el Gobierno lo ha hecho bien o no. El peso de la estrategia para combatir la propagación del virus dependerá de su evolución en los próximos meses.

Reflexiona Calderón Chelius: “Si el proceso es rápido y exitoso, la oposición tratará de poner el énfasis en el otro lado de la pandemia: el número de muertos y contagios. Por el contrario, si la campaña se ralentiza, se incluirá en este paquete de estrategias fallidas, donde se incluyen los decesos y la crisis económica”.

Este proceso de deconstrucción narrativa no será tan sencillo para la oposición. El coordinador reconoce que la opinión pública asume que la COVID es un fenómeno fuera del control del Gobierno de México.

Además, la referencia de acciones igualmente caóticas para mitigar la crisis (como el caso de Estados Unidos) favorecen la disonancia cognitiva en la materia. El problema de las mañaneras Las conferencias matutinas son un fenómeno de innovación comunicacional y política.

No hay nada igual en el mundo: un espacio donde un presidente tenga una valoración diaria de la situación del país y donde combine información de las diferentes agendas del Gobierno con las valoraciones que el propio mandatario realiza sobre sus adversarios y enemigos políticos.

Juan Luis Hernández comenta que es precisamente esa intertextualidad entre información gubernamental y valoración política de actores lo que ha generado controversias en tiempos preelectorales. “El INE está sugiriendo que el piso esté más parejo y que el presidente deje de hablar de alianzas y procesos electorales, circunscribiéndolo a temas de corte gubernamental”.

Dado que estos límites resultan ambiguos, se está generando un modelo de prohibición más que de libertad de expresión absoluta.

Si bien López Obrador podría sortear estas restricciones con la creatividad que lo ha caracterizado, queda claro que ninguna de las dos posturas es neutra, sino que están cargadas de contenido político-electoral.

Hay elementos en la Constitución que limitan la participación del presidente en ciertas cosas, pero esas restricciones quedan en términos de interpretación.

“El problema es que la interpretación de esas limitaciones cabe tanto en la postura del INE como del propio gobierno; los dos están intentando que haya mayor o menor flexibilidad en función del escenario electoral que quieren que suceda”, argumentó Miguel Calderón.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *