Ximena Martínez y Carlos Jesús obtuvieron el segundo lugar con el proyecto “Abono orgánico ¿el fin a la seguridad alimentaria y el cambio climático?
Los estudiantes de la Preparatoria Emiliano Zapata de la BUAP, Ximena Martínez Juárez y Carlos Jesús Torres Verónica, obtuvieron el segundo lugar en el concurso “Sustentablemente: el futuro ambiental en tus manos”, organizado por la Universidad Iberoamericana, Santa Fe, Ciudad de México, en el que participaron equipos representativos de instituciones de todo el país.
Fue a través del proyecto “Abono orgánico ¿el fin a la seguridad alimentaria y el cambio climático?”, como Ximena Martínez y Carlos Torres propusieron la utilización de un biodigestor que permita la transformación de residuos pecuarios en biofertilizante, además de la producción de biogás para uso doméstico.
Al respecto, Carlos Jesús Torres explicó que gracias a la biodigestión anaerobia se pueden transformar excretas de animales de granja en un biofertilizante llamado biol, así como producir biogás, lo que satisface el tratamiento de residuos pecuarios, evitando la contaminación de suelo y agua por la deposición inadecuada de excretas. Por otro lado, brindar una alternativa económica ante los altos costos del gal LP, además de que el biol también sirve para regenerar suelos.
Carlos Jesús Torres refirió que el abono orgánico producido por animales de granja es un fertilizante excelente debido a su alto contenido en nitrógeno y materia orgánica. Este biabono también contribuye al buen desarrollo de las plantas y por lo tanto a la producción sostenible de alimentos. En tanto, el biodigestor es en sí un contenedor que funciona con un sistema sencillo y económico, ideal para comunidades rurales, gracias a la producción de biogás.
Líderes en sus comunidades
Carlos Jesús Torres, alumno de quinto semestre, es originario del municipio de Tehuitzingo y se ha involucrado desde 2018 en proyectos vinculados a su comunidad; eso lo llevó a participar en el proyecto Generación 2030 (G2030), impulsado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas en México (UNFPA), el cual busca generar las oportunidades y los medios para que las juventudes de México se formen como líderes y lideresas comunitarias, cuyas acciones impacten en sus entornos inmediatos.
Su participación en el G2030 implicó la oportunidad de recibir una capacitación internacional. Con este antecedente es como desarrolla actualmente una propuesta para enseñar inglés en su comunidad, a través de una metodología muy activa para que el aprendizaje pueda ser una experiencia enriquecedora, de ahí que involucre actividades diversas y juegos.
Por su parte, Ximena Martínez, también del quinto semestre, es originaria del municipio de Tepexi de Rodríguez, donde creció en constante contacto con la naturaleza, de ahí que tenga una orientación genuina hacia el activismo ambiental, por eso fundó el proyecto llamado Eco-Calli con los niños de su comunidad, a quienes enseña de forma lúdica temas relacionados con el cuidado y preservación de su entorno natural.
Tanto Carlos como Ximena encontraron coincidencias en sus intereses y fue así como desde hace un año decidieron unir esfuerzos, presentando una idea en común para participar en la convocatoria de la Universidad Iberoamericana, formando el equipo Iknea. Los estudiantes de la BUAP presentaron una propuesta gráfica, pero además hablaron de su experiencia y lo que entendían como desarrollo sostenible.
“Lo que nos inspiró a participar es saber que las consecuencias de la crisis climática afectan principalmente a los sectores más vulnerables, por ejemplo, los agricultores. Señaló que una de las principales actividades económicas de nuestras comunidades es la agricultura y por eso la propuesta estaba enfocada en dos aspectos: hambre cero y desarrollo sostenible”, concluyó Ximena Martínez.