A poco más de tres décadas de que Federación Mundial para la Salud Mental decretó el 10 de octubre como el Día Mundial de la Salud Mental, este sigue siendo un tema de alta pertinencia en la actualidad. Luego de una pandemia presidida y acompañada por acelerados cambios tecnológicos e industriales de los que derivaron múltiples crisis, el bienestar de la psique necesita de un análisis más profundo.
Tan solo hace cuatro años se estimaba que en el mundo existen casi 1,000 millones de personas viven con un trastorno mental. En México, las y los adolescentes son los más afectados por la depresión, la ansiedad y otros padecimientos que alteran su bienestar.
Esto tiene efectos desagregados en toda la República, pues en 2023 en Puebla se reportó que más de 3,000 personas necesitaron atención médica por ideación suicida o depresión, según datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE).
Hoy uno de los temas más pertinentes para reflexionar es el de las juventudes universitarias, en general, y particularmente el de la salud mental”, dijo el Mtro. Mario Patrón Sánchez, Rector de la IBERO Puebla, durante el panel Los retos para la salud mental de las juventudes universitarias, en el que académicos y Comunidad Universitaria se reunieron para dialogar sobre este tema urgente.
Hoy podemos tener juventudes desoladas, pero para nada desesperanzadas y descorazonadas”: Mtro. Mario Patrón
Como Universidad Jesuita, la IBERO Puebla basa su modelo educativo en las preferencias apostólicas de la Compañía de Jesús, en las que es primordial “el trabajo con y para las juventudes en la construcción de futuros de esperanza. Yo considero que esa preferencia apostólica trasmina de manera transversal toda nuestra identidad como Universidad”, afirmó el Mtro. Patrón Sánchez.
Sin embargo, esta premisa se convierte en un reto en el mundo actual. “Es difícil que ustedes como juventudes encuentren que hay formatos distintos de organización social, y para eso está la universidad, para acompañarlos en ese proceso en donde ustedes se encuentren y desarrollen esos nuevos formatos de organización social, que los ponga en el centro y que les permita, primero, encontrar su sentido y pasión de vida”.
Bajo esta afirmación, tres académicos, especialistas en psicología y pedagogía en poblaciones adolescentes, dieron un panorama más amplio de las acciones necesarias, cómo implementarlas y algunas medidas que las y los propios jóvenes pueden tomar ante los factores endógenos y exógenos que afectas su bienestar físico y mental.
La Dra. Laura Gaeta González, académica del Área de Reflexión Universitaria de la Casa de Estudios, afirmó que uno de los retos sigue recayendo en validar las emociones de las juventudes, sus padecimientos y preocupaciones ante el presente y el futuro.
El reto es tomar conciencia de que tenemos límites, de que no somos superestudiantes”, aconsejó la Dra. Gaeta González, al recordar las preocupaciones que ella como docente y acompañante ha tenido que escuchar a lo largo de los años. A esto, el Mtro. Leopoldo Castro Fernández de Lara, profesor de tiempo en el Departamento de Ciencias de la Salud, les dice: “No podemos todo, no tenemos que poder quererlo todo”.
Para el académico, la paz, estabilidad y felicidad se construyen todos los días. “La salud mental requiere que todo el tiempo esté yo pendiente de mí mismo y del trabajo que hago”, y en ese sentido “la felicidad no es conseguir cosas o tenerlas, es cultivar en mí mismo la felicidad y conservarla”.
La Mtra. Nancy Farah Escalante Ruiz, psicoterapeuta y docente de la Universidad Anáhuac Puebla, recuperó el factor de la esperanza y el autoconocimiento, aspectos determinantes en la etapa adolescente para encontrar calma y crecimiento emocional. Para ella, los jóvenes “son la esperanza, y todo lo que ustedes hoy vayan aprendiendo, siempre puede dar frutos importantes”.
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