Expertos en suicidología aseguran que una prevención adecuada se basa en la pregunta abierta, la escucha activa y la conexión con profesionales
En 2020 México presentó 7,846 suicidios, 21 personas al día. Por cada muerte hay 18 intentos, y se estima que cada caso afecta de manera directa hasta a 11 personas. En Puebla una persona se quitó la vida cada día: INEGI.
Dos amigos en edad universitaria platican de la vida. El hilo de la conversación comienza a tocar terrenos sensibles que solo las amistades más estrechas pueden atravesar: el ámbito emocional. “No estoy diciendo que estés loco. Todos necesitamos a alguien con quien hablar”, justifica uno de ellos. Ante la vacilación de su interlocutor, arroja la pregunta: “¿Has pensado en quitarte la vida?”.
Este es el punto climácico del cortometraje No se recomienda discreción, elaborado por cinco estudiantes de psicología de diferentes partes del país que recién terminaron una estancia académica en la IBERO Puebla. Se trata de la síntesis de semanas de investigación y aprendizaje en torno a los mecanismos de primera respuesta frente al suicidio.
La decisión de quitarse la vida es uno de los mayores tabúes que existen. El equipo de jóvenes lo constató desde sus primeras indagatorias: existe muy poca información profesional sobre el tema, especialmente en cuestiones de prevención. Los algoritmos de las redes sociales tampoco ayudan, pues están programados para censurar cualquier contenido relacionado con autolesiones, incluso el de carácter informativo.
De ahí su interés en sensibilizar a la sociedad sobre un tema oculto en la conversación pública. “Buscamos la alfabetización a partir de la generación de un producto que pudiera conectar con el contexto y que fuera de acceso fácil”, apuntó una de las creadoras. El corto busca interpelar a jóvenes de sexo masculino de entre 18 y 24 años, el grupo demográfico de mayor riesgo.
Expertos aseguran que los hombres son más propensos a cometer suicidio debido a que el sistema patriarcal los aleja de una sana gestión de emociones.
Los jóvenes, asesorados por el Dr. Quetzalcóatl Hernández Cervantes, coordinador del Doctorado en Investigación Psicológica de la IBERO Puebla, se basaron en más de 30 guías y manuales emitidos por organizaciones especializadas para combinar la prevención con los primeros auxilios psicológicos. La revisión de textos académicos les permitió constatar el escaso abordaje del suicidio como problemática social.
El resultado final fue No se recomienda discreción, donde se ilustra la importancia de articular un trinomio de primera respuesta que consista en preguntar abiertamente, escuchar para comprender y conectar con la ayuda adecuada. “Si no preguntamos, podemos contribuir a que exista el tabú”.
Según explicaron, el respondiente debe encontrarse en un estado de calma para transmitir seguridad a la persona en crisis. En el caso de la actitud suicida, donde el cuadro crítico opera de manera distinta a situaciones como la ansiedad o el pánico, la literatura insiste en la importancia de la escucha activa y el diálogo abierto. “No sacar el psicólogo interior, sino abordarlo desde la perspectiva en la que se escucha”, recomendaron los jóvenes.
El cortometraje, aplaudido por la academia de la IBERO Puebla y en redes sociales, será presentado en el Congreso de Suicidología a llevarse a cabo en la IBERO León. Su elaboración estuvo a cargo de Samuel Munive, Manuel Caldera, María Fernanda Guzmán, Daniela Moreno y Aldhair Cervantes, estudiantes de universidades de Puebla, Nayarit y Michoacán.
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