Es responsabilidad de los actores públicos y privados, en colaboración con la sociedad civil, crear espacios seguros y libres de violencia para todas las personas.


Uno de los compromisos fundamentales de la IBERO Puebla es la construcción de una comunidad justa y armónica que se apegue a las inquietudes y necesidades de su fuerza vital: el alumnado. Para reforzar las estrategias y socializar información clave, a lo largo del mes de junio se llevó a cabo la formación en línea Derechos Universitarios. Prevención y atención de las violencias.

En los últimos 12 años ha habido más de 280 mil muertes; el año pasado, 36 mil homicidios, por ello, el mundo pospandemia supone una oportunidad para saldar cuentas pendientes.

En su mensaje, el Mtro. Mario Ernesto Patrón Sánchez, Rector de la IBERO Puebla, reconoció que la violencia hacia las mujeres y la brutalidad feminicida ha tenido un mayor impacto en la sociedad. La realidad compleja marca a la Universidad Jesuita y la llama a construir alternativas de cambio y reconstrucción de la realidad. Desde la IBERO Puebla, expresó, entendemos que corresponde a todas y todos construir el espacio de convivencia que queremos.

“Nuestro esfuerzo tiene como principal destinatario a las juventudes que conforman a nuestra Institución”. La comunidad educativa también es generadora de sus propias violencias, pues puede volverse un sistema que reproduzca esquemas de desigualdad y discriminación.

“Queremos una Ética del Cuidado porque, en la medida en que las y los jóvenes se cuiden, podrán cuidar su entorno”. Patrón Sánchez refrendó el compromiso de construir, con los estudiantes, una comunidad más sana y justa, así como apostar a diagnosticar las violencias que concurren en la Universidad, haciendo énfasis en la violencia de género. Casos de hostigamiento, acoso y agresión deben ser atendidos y castigados. “Apostamos a un entorno de justicia restaurativa que ponga en el centro a las víctimas y no al castigo por el castigo”, precisó.

Desde las redes universitarias se debe promover el acceso a las respuestas para las víctimas. “Vivimos tiempos en los que, además de pensar en las agendas institucionales, debemos considerar las agendas emocionales”, señaló la Dra. Galilea Cariño Cepeda, responsable de Prevención de Violencias. El impacto negativo de la violencia, dijo, se presenta de manera individual, pero también social y comunitaria.

En este tenor, se presentó el Directorio de Instancias Internas y Externas para Atender, Acompañar o Sancionar las Violencias, una respuesta a la necesidad de brindar acompañamiento y correcta asesoría para la Comunidad Universitaria de la IBERO Puebla. Celebró que este instrumento puede ser un aliciente para promover una convivencia armónica.

SECTOR PÚBLICO

En la videoconferencia de clausura, María Catalina Pérez Osorio, Secretaria para la Igualdad Sustantiva de Género del H. Ayuntamiento de Puebla, compartió algunas de las acciones que la joven instancia ha llevado a cabo para prevenir y atender la violencia contra la mujer.

El sector femenino representa el 52.6% de la población local. Los esfuerzos por impulsar la paridad de género en el sector público se han enfrentado a dificultades relacionadas con el papel de las mujeres en la toma de decisiones y el ejercicio efectivo de sus cargos. En la administración de la alcaldesa Claudia Rivera el 41% del gabinete municipal ampliado está integrado por mujeres. Desde la Secretaría se han analizado las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres en materia educativa, económica y política.

En este sentido, se ha identificado la violencia contra las mujeres, el embarazo adolescente y la discriminación como los tres puntos más importantes en la planeación estratégica en materia de género.

ESTRATEGIAS ANTE COVID-19

A través de los lemas “No estás sola” y “A ellos también les toca”, se ha exhortado a la reapropiación del espacio privado para generar ambientes más saludables en los hogares. De igual manera, se han ofrecido atenciones por mensajería digital tanto a mujeres en situación de violencia como a hombres con necesidades de escucha activa y acompañamiento. Los apoyos convencionales no se han detenido. Catalina Pérez compartió que 123 mujeres han recibido asesoría psicológica presencial durante la pandemia; 129 lo han hecho vía telefónica. En el aspecto jurídico, 50 mujeres han recibido atención en sitio y 71 a distancia.

La mayoría de los casos, precisó, atienden a situaciones de violencia en la pareja. Estableció que muchas mujeres no están dispuestas a denunciar debido a las implicaciones económicas y a que la fiscalía no ofrece la atención adecuada. “Nos ha llevado hasta ocho horas para que a una mujer violentada se le tome la declaración. Es un problema que tenemos en Puebla y en todo el país”.

La pandemia también ha sido un escenario propicio para identificar nuevos tipos de violencia. Entre ellos destacan la agresión al personal de salud, despidos injustificados, violencia doméstica por razones de cuidado y tareas del hogar e irresponsabilidad sanitaria de los hombres, entre otras.

ÁREAS ESPECIALIZADAS

Dentro de la Secretaría para la Igualdad Sustantiva de Género se encuentra el Departamento de Diversidad Sexual, una instancia que responde a los compromisos de la administración local con la disidencia sexual.

“Hicimos un diagnóstico en el que fue la comunidad LGBT+ la que nos indicó sus necesidades”. Destacó que se ha dado acompañamiento a personas en situación de violencia a la vez que se promueven mensajes de tolerancia e inclusión. Igualmente, el Departamento de Nuevas Masculinidades busca invitar a los hombres a repensar sus actitudes y comportamientos en la sociedad. “La humanidad ha creado todo.

Si eso lo hemos construido, también podemos deconstruirlo”. Para ello, la Secretaría ofrece líneas de atención telefónica, círculos de diálogo entre varones e información sobre las diversas estructuras de familia y los trabajos de cuidado en el hogar. Puebla ocupa el tercer lugar nacional en embarazos adolescentes.

Pérez Osorio indicó que el Departamento de Derechos Sexuales y Reproductivos han asumido la responsabilidad de concientizar a las y los jóvenes sobre la salud y seguridad sexual, así como violencia digital.

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