Autoridades de la Máxima Casa de Estudios llamaron a cuidar a la UNAM y exhortaron a la comunidad universitaria a la unidad y a no permitir la impunidad.
La UNAM presentó sendas denuncias ante la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México y la Fiscalía General de la República por los actos vandálicos ocurridos la tarde del jueves que dañaron el patrimonio en Ciudad Universitaria.
En conferencia de prensa, Leonardo Lomelí Vanegas, secretario general de la UNAM, afirmó que atentar contra la Universidad Nacional es atentar contra el desarrollo de México.Expuso que a la UNAM hay que cuidarla y conservarla, e hizo un llamado a la unidad de los universitarios y a no permitir la impunidad.
“Son tiempos de unidad en la casa de estudios más importante del país”. Apuntó que sólo con la participación de todos se podrán erradicar prácticas que vulneran la convivencia y afecten el desarrollo de las actividades que la nación ha encomendado a su universidad. Por ello, deslindó de los lamentables acontecimientos a alumnos que se manifestaron pacíficamente y que han presentado demandas legítimas que ya están siendo atendidas por la UNAM.
El secretario general de la UNAM explicó que otra marcha, procedente del Metro CU, y que desde el principio mostró un talante agresivo, integrada mayoritariamente por personas encapuchadas, se dirigió a la Torre de Rectoría, realizando diversos destrozos a su paso.
Agregó que, al llegar a la explanada de Rectoría, este grupo inició un ataque contra la torre, procediendo de manera sistemática y con diversas herramientas para vulnerar los mecanismos de seguridad del edificio. Dijo que también esparcieron gasolina dentro y fuera de la torre y trataron en varios momentos de provocar un incendio, que pudo ser sofocado por el cuerpo de vigilancia que permaneció en el interior de la edificación.
Durante el ataque también fueron vandalizados el mural de David Alfaro Siqueiros “Las fechas en la historia de México, o el derecho a la cultura”, y la bandera nacional que ondeaba en la explanada.
Después de haberse introducido en la planta principal de la Torre de la Rectoría y provocar cuantiosos daños, los agresores se replegaron y comenzaron a retirarse. Un grupo se dirigió a la zona comercial al sur de la torre, y en la librería Henrique González Casanova rompieron vidrios y computadoras, y sustrajeron libros y otros artículos que se venden en el local.
Algunos de los libros fueron esparcidos en el piso o abandonados en los prados adyacentes, relató el secretario. Los libros fueron devueltos gracias a la participación de un nutrido grupo de estudiantes que repudió la agresión y se acercó a tratar de ayudar al personal.