“En el libro no hay recetas para lo moral sino criterios para el descernimiento”: Dr. Prado Galán.


La Biblioteca Interactiva Pedro Arrupe S.J. de la Universidad Iberoamericana Puebla, fue el escenario ideal para que el Dr. Javier Prado Galán, vicerrector Académico de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, presentara su libro El Pez Torpedo: ética aplicada. Evento coordinado por los Departamentos de Arte Diseño y Arquitectura (DADA), Humanidades y Ciencias Sociales.

La presentación corrió a cargo del Dr. José Francisco López Ruiz, director del DADA y la Dra. Teresa Sevilla Zapata, académica de Humanidades. Quien en su intervención desglosó brevemente cada uno de los siete capítulos y puso sobre la mesa cuestionamientos sobre los temas tratados, lo que invitó a los presentes a generar preguntas sobre la ética y como una forma de invitar a los jóvenes a leer el texto.

Asimismo, la Dra. Sevilla Zapata definió la propuesta literaria que la obra ofrece, que versa sobre las posiciones de ética aplicada que pueden servir para el descernimiento; ella define el libro como una invitación para prevenir los extremos radicales dogmáticos que el puritanismo puede propiciar, así como también puntualizó que la ética en las empresas es la pura y solemne oposición a las tranzas y al “gandallismo”.

Y es que bueno, ¿cómo más podría un mexicano definir la ética (empresarial)? Posteriormente, la académica del Departamento de Humanidades señaló que cada capítulo que la obra ofrece, tiene enfoques de ética aplicada para distintas situaciones como la ambiental, el amor y la sexualidad, el discernimiento en los dos anteriores, así como la ética científica, la aplicada a empresas y negocios, la bioética, la política y la profesional.

En esta explicación, la Dra. Teresa Sevilla apuntó que cada capítulo cuenta con subtemas que delimitan la cuestión a tratar y en los que el autor muestra su visión en la resolución de dudas, que a pesar de estar presentes todo el tiempo, nos da miedo plantear: ¿Es posible respetar la naturaleza y al mismo tiempo valorar la técnica?, ¿es la religión la culpable de todos los males ecológicos?, ¿los animales tienen derechos?, ¿es posible mantener relaciones armónicas entre la ética y la política?, entre otras.

Para concluir, la especialista en educación recalcó que el estilo en su escritura conserva la extraña virtud de la síntesis, entre otros recursos. Al tiempo que resaltó la variedad de autores presentados, el entrelazo entre ellos y el diálogo entre ellos y el autor, lo que lo hace al texto un referente indiscutible.

Siguiendo esta línea, el Dr. Francisco López aseguró que a pesar de haber un gran número de filósofos que se han planteado la misma duda sobre cuál es nuestro papel como seres humanos, desde Sócrates y Sófocles hasta Kant y Ortega Gasset, el autor no sólo entra en diálogo con estos personajes sino con él mismo, lo cual desde una perspectiva literaria, es lo que un buen escritor debe hacer.

“La ética es un principio de convivencia social y un acto personal, dedicarse a desglosar su enjambre es trabajo de valientes, ver la manera en que el Dr. Prado utiliza la retórica, la sutilidad en su escritura y la precisión de sus palabras hacen que los lectores noten que ha logrado este difícil trabajo a lo largo de su trayectoria literaria”, afirmó el Director del DADA. Para cerrar con esta aportación literaria, el autor agradeció a sus dos amigos por la presentación de su obra, pues afirma que los libros son hijos de los autores y deben ser presentados por personas cercanas a él.

Al mismo tiempo, Prado Galán aseveró que su texto busca paralizar la sociedad, a lo que explicó que el título se debe a que Sócrates, el filósofo griego que electrizaba con sus declaraciones, tenía diversos apodos, entre ellos, pez torpedo.

“Animal acuático que posee órganos capaces de generar fuertes descargas eléctricas tan fuertes que incluso llegan a paralizar a quien lo toca”.

Finalmente, el Vicerrector Académico se mostró orgulloso al ver que la mayoría de los asistentes fueran estudiantes, y explicando el significado etimológico de esta palabra y de alumno, se congratuló de ver a tantos jóvenes que se esfuerzan y se nutren de conocimiento diariamente. “Sé que mi libro no es completamente perfecto” por ello exhortó a la Comunidad Universitaria a adquirirlo para hacerlo un instrumento útil en las aulas.