Más de 2.1 millones de personas se dedican a la enseñanza en nuestro país.
Su principal reto durante la cuarentena ha sido la educación a distancia para grupos incomunicados. Ante la incertidumbre del confinamiento, su eventual descongelamiento y ante una celebración “atípica” del día del maestro y maestra las escuelas marcan la pauta.
De acuerdo con la escala de cuatro colores presentada por el Gobierno de México, podremos hablar de un verdadero regreso a la nueva normalidad cuando las y los estudiantes regresen a las aulas, tal como arrancó la Jornada de Sana Distancia con la suspensión de clases.
La valoración de las acciones llevadas a cabo por la Secretaría de Educación Pública (SEP) ante la situación extraordinaria tiene muchos matices. Para la Dra. Laura Bárcenas Pozos, académica en la Dirección de Investigación y Posgrado de la IBERO Puebla, una falla clave se encuentra en la homogeneidad de criterios.
Al ser el sector urbano el que más estudiantes concentra, los planes de estudio y actividades se sitúan en este tipo de contextos, desatendiendo otros sectores sociales. “Las decisiones educativas no corresponden a las necesidades y condiciones que hay en comunidades rurales e indígenas.
Se dice: ‘que las chicas y los chicos tomen clases en línea’, pero ni siquiera hay computadoras”. Uno de los retos específicos se encuentra en las labores de acompañamiento. En muchos escenarios no urbanos, las madres y padres de familia no cuentan con competencias suficientes para ayudar a sus hijas e hijos a aprender, lo que contribuye a ampliar la brecha educativa.
La migración a las plataformas digitales no ha representado una complicación mayor para la mayoría de las y los educadores, pues los procesos de formación continua han contemplado el uso estratégico de plataformas y herramientas digitales.
El problema está, insiste Bárcenas Pozos, en que no todos los estudiantes cuentan con las condiciones necesarias de conectividad. Para el resto de los escenarios, el magisterio ha hecho valer sus competencias adquiridas a través de capacitaciones individuales o colectivas.
“Los maestros están resolviendo porque ya tenían herramientas y están desarrollando o reforzando sus habilidades”. Ciclo escolar a medias Sobre la aún latente posibilidad de concluir el ciclo escolar desde casa, la académica recalca que, antes de suspender labores presenciales, el curso se había completado en un 70%, por lo que las pérdidas educativas no serían tan graves. “Los profesores se tendrían que centrar en mantener el nivel de habilidades de los estudiantes.
El contenido se puede aprender en otras condiciones”. Lectura, escritura y pensamiento matemático son habilidades que pueden perderse con el desuso o falta de práctica.
Por ello, estas habilidades deben ser priorizadas para evitar rezagos de mayor impacto, sobre todo en los niños de reciente adquisición de habilidades lectoescritoras. La Dra. Laura Bárcenas identifica otro reto en las y los estudiantes que cambian de grado escolar, pues su proceso de recuperación sería distinto.
En ambos casos, enfatiza: “Las decisiones que se tomen en agosto próximo tienen que ser: ajustar los planes curriculares y darle mayor importancia al desarrollo de actividades.
En ningún caso se les puede hacer repetir el curso”. El contexto importa Como se ha visto, los planes de estudio deben estar debidamente contextualizados:
“Solamente un 10% del plan de estudios es modificable según la región; el resto es el mismo para todos los niños y adolescentes del país. Lo único que debería ser común para todas y todos son las habilidades, mientras que el contenido puede segmentarse por regiones”. La posibilidad de realizar múltiples ediciones de los libros de texto lleva necesariamente al principio epistémico: “¿Qué necesitan saber las niñas y los niños?”
Esto, a su vez, conduce a cuestionar los ideales de país que hemos construido a través del tiempo, sus prioridades y rutas de acción.
Para Bárcenas Pozos, la injerencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), así como de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), consistió en acompañar y suscribir las decisiones de la SEP para suspender actividades e iniciar el trabajo desde casa. Esto último benefició especialmente a quienes tenían que desplazarse entre municipios para laborar.
De igual manera, recordó que ambos organismos representativos tienen participación activa en el establecimiento de los contenidos, lo cual se vio reflejado en el diseño de materiales específicos para quienes no tienen acceso a internet. No obstante, reafirmó, “hay mucho trabajo que recae en los padres y que, en contextos rurales, no va a ser respondido”.
En el marco de un Día del Maestro atípico, la normalista de formación reconoció la labor de sus colegas, quienes han llevado a cabo un trabajo integral para asegurar la formación de sus estudiantes. “Muchos profesores están operando en condiciones para las cuales no estaban preparados y, a pesar de eso, están respondiendo de la mejor manera posible”, celebró.