Este libro está lleno de gratitud y amor por la vida. Qué difícil es darnos el tiempo de vivir la vida que hemos recibido: Mtro. Jorge Basaldúa
“Libros como el de Francisco Sánchez Conde: Tzinacapan y Malintzin, el encuentro caracterizado como etnoliteratura nos permiten armar rompecabezas culturales latinoamericanos, algo muy apreciado en Europa, pero que tiene poco desarrollo en México” concluyeron Ma. Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, Alma Yolanda Castillo Rojas y Jorge Basaldúa Silva, comentaristas de la presentación de la obra literaria en la IBERO Puebla.
El relato del diálogo entre Francisco (el autor) y su padre, escrito en náhuatl y español, nos llevan a conocer la cultura y recuperarnos a nosotros mismos en el presente con relatos como: “ …la Malintzin, la madre protectora con falda amplia color azul, que cuando hace frío se pone su reboso blanco y desde lo alto, con su cara afilada, mira hacia el cielo, y te invita a que te quedes con ella en los arenales, allá arriba, más cerca del sol y el viento”, señaló Jorge Basaldúa, académico de la IBERO Puebla.
Tzinacapan y Malintzin, el encuentro, permite adentrarse en la diferencia de los aprendizajes en la comunidad, con el conocimiento de que el maíz no es algo, sino alguien o aquel otro de que las palabras llevan fragmentos de vida, y nombrar es una forma de apropiarse del entorno.
Los relatos de quien alguna vez en su vida fue sacerdote, se desarrollan entre las poblaciones de San Miguel Tzinacapan, en Cuetzalan y San Miguel Canoa, población cercana al volcán La Malinche, donde se advierte el valor de la dignidad humana, la promoción de la justicia, el ejercicio del diálogo y la construcción de consensos, explicó Ma. Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, investigadora de la IBERO Puebla.
Esta obra es semejante a lo que en su tiempo hiciera Miguel de Unamuno, quien es uno de los clásicos que habla sobre sí mismo, sólo hablando de la subjetividad podemos conocer más sobre nosotros mismos y nuestra naturaleza, ése es el aporte de Tzinacapan y Malintzin, el encuentro.
Durante la presentación realizada bajo la coordinación de la Licenciatura en Literatura y Filosofía, y la Maestría en Literatura Aplicada, Alma Yolanda Castillo, lingüista y pedagoga, elogió la obra que muestra rasgos Interculturales e intergeneracionales de un libro que nutre el alma, por su fuerte carga emotiva y sus relatos que dejan huella.
Antropólogos, lingüistas, sociólogos logran puntos de apoyo a su trabajo a través del libro, explicó que ahí se encuentran leyendas sobre la Malintzin, los pedidores de lluvia, y también describe las clases de hongos y los platillos que se pueden hacer con ello, entre otros muchos agradables relatos.
A través de este libro nos hablan Pedro y su hijo Francisco sobre la importancia de tener los pies bien plantados en la tierra, cada uno busca construir un lugar mejor en su tiempo, enfrentan al poder y las instituciones, tratando de hacer un mundo fraterno.
Finalmente, Francisco Sánchez agradeció a amigos y familiares, su presencia y apoyo en este proyecto, sobre todo, en el camino de la vida. “Este texto, desde un inicio no tuvo un objetivo, todo fue circunstancial. Es un testimonio de vida”.
Asimismo, con lágrimas en los ojos, resaltó la importancia del diálogo profundo en un mundo confuso y lastimado. “Este libro me permitió ver todas las injusticias que vivimos los pueblos indígenas, especialmente durante mi sacerdocio el cual estuvo encarnado en la realidad humana. Es en San Miguel donde recupero mis raíces indígenas de formación y a mí mismo”.
Entre el público se encontraba la familia del autor quienes se reconocieron en las historias donde el abuelo de la familia luchó tanto por la educación de sus hijos, no obstante haber tenido que separarlos desde muy pequeños.