En el marco del Día Internacional de la Salud Mental, un grupo de estudiantes se reunió para conversar sobre sus experiencias en la materia.
En el marco del Día Internacional de la Salud Mental, un grupo de estudiantes de Psicología la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) se reunió para conversar sobre sus experiencias en la materia y los retos que enfrentarán al salir al campo laboral.
Como toda rama de la salud, estudiar una carrera relacionada con la mente humana requiere de una vocación por el servicio. Este fue el caso de Monserrat María Becerra Rombado, quien se integró a diversas cuadrillas de contención psicoemocional durante el estallido social de su natal Chile en 2019. “A pesar de que somos estudiantes, hacemos lo posible por aportar desde nuestra disciplina”.
Ya sea por el contexto social o por experiencias personales, siempre hay alguna chispa que echa a andar el amor por alguna rama del saber. Mientras que Abril Adame Mendoza (IBERO Tijuana) y Ximena Fernanda Reyes Téllez (UCA de El Salvador) se sintieron motivadas por sus experiencias como voluntarias en centros infantiles, Juan Francisco Fuentes (IBERO Tijuana) decidió tempranamente que su misión estaba con las personas con adicciones.
Los primeros años de la vida universitaria se caracterizan por el reajuste de la mentalidad en clave de la profesión en cuestión. Aunque comenzó a estudiar Psicología en la IBERO Puebla siguiendo los pasos de un amor platónico, Kathleen Smits Barranco comenzó a comprender los procesos internos de las personas a su alrededor con base en los aprendizajes de clase.
Situación similar ha vivido Luis Eduardo Vílchez Pallaviccini, cuyo viaje académico por la UCA ha supuesto deconstruir prácticas e ideas que ahora considera erróneas, aun cuando el costo sea el desprendimiento de viejas amistades. Estudiar psicología, expuso, se convierte en la búsqueda de una respuesta hacia las preguntas que cada uno se plantea.
Al meditar sobre lo que los caracteriza como universitarios de la AUSJAL, el grupo coincidió en que sus respectivos programas de estudio están atravesados por una fuerte carga de acción social y encuentro comunitario. “Actitud revolucionaria”, la llamó Ximena Reyes, cuya universidad fue escenario asesinato del ilustre jesuita Ignacio Ellacuría, SJ en 1989.
“La psicología significa abrirte una nueva perspectiva sobre lo que sucede en el mundo y con las personas”: Abril Adame.
Este enfoque es asumido por los jóvenes psicólogos como un llamado a transformar la realidad. Desde las violencias sociales y de género, la ausencia de una cultura del autocuidado y la educación precaria hasta la pornografía, el culto al cuerpo y el trabajo excesivo, el foro enlistó solo una fracción de las incontables dolencias del mundo que tendrán que atender desde sus áreas de ejercicio profesional.
No obstante, también son conscientes de que la profesión misma es perfectible. Kathleen Smits argumentó que todas las disciplinas tienen que adaptarse a los contextos: “tienes que ver de dónde viene la persona, su cultura, en qué cree… Tenemos que abrirnos a la posibilidad de convivir con otras mentalidades”.
Además del trabajo interdisciplinar, los jóvenes consideraron oportuno redoblar esfuerzos en la socialización de la información científica para desestigmatizar las enfermedades mentales, mismas que son padecidas por un cuarto de la población mundial. Finalmente, aseguraron que el profesional de la psicología debe aprender a encontrar sus límites de intervención, así como tener una preparación que respete los derechos de los pacientes.
En el cierre de las actividades para concientizas sobre la importancia de la salud mental, el grupo celebró que, pese a la diversidad de contextos en Latinoamérica, existe una unidad basada en el espíritu de servicio a los demás. “Al entender que no estamos tan lejos podemos pensar en cómo usarlo a nuestro favor”, concluyó Kathleen.