Se extravió desde el año pasado al separarse de su colonia para buscar alimento, y viajó hasta llegar a México, sorteando peligros y depredadores.
Panchito, el elefante marino del Cono Sur que llegó desde el domingo pasado a playas nayaritas, es un macho juvenil de 5 o 6 años, que seguramente se extravió desde el año pasado al separarse de su colonia para buscar alimento, y que durante todo este tiempo viajó hasta llegar a México, sorteando peligros y letales depredadores como tiburones y orcas.
Roberto Moncada Cooley, presidente del Grupo de Investigación de Mamíferos Marinos (GRIMMA), explicó que, a simple vista, Panchito, de más de 3 metros de largo, no tiene golpes, heridas ni marcas de interacción con redes de pesca.
En entrevista con Excélsior, dijo que la única preocupación es que el Elefante Marino se observa bajo de peso, lo que podría tener dos explicaciones, que está mudando de piel o que tiene alguna enfermedad.
Por tal motivo, en los próximos días se intentará tomarle muestras de sangre y piel, con el fin de practicarle estudios de laboratorio para descartar cualquier padecimiento, conocer más de su historia y tratar de ayudarlo con vitaminas.
«Ese es un manejo del animal que es peligroso, el animal difícilmente va a aceptar que le des de comer, esos animales comen alimento que ellos atrapan, que está vivo, es difícil que aprendan a comer cosas muertas», reconoció.
El biólogo marino dijo que sería de mucha utilidad colocar un marcador con geolocalización, para que en caso de que Panchito decida abandonar la playa de San Pancho, donde es cuidado día y noche, se pueda seguir su ruta y saber si en algún momento logra regresar a costas argentinas, de donde es originario.
“Cuando te acercas al animal reacciona, no corre, se defiende, entonces se levanta y es un animalazo que te pone la cara a la altura de ti, y mientras eso está pasando alguien en la parte trasera, en las patas de atrás es donde puede poner una marca o arrancarle un cachito», comentó.
Roberto Moncada Cooley agregó que al ser el elefante marino una especie carismática, logra despertar una gran simpatía entre la población, y más en estos momentos de pandemia, donde algunos lo ven incluso como un símbolo de esperanza y de comunión con la naturaleza.
«Es poner nuestra atención en otro lado, en un asunto de la naturaleza y en un lugar que es hermosísimo, ayudando a un animal, esa combinación despierta simpatía en cualquiera y es bueno para el ánimo de la gente que ya está cansada del encierro», manifestó.
El presidente del Grupo de Investigación de Mamíferos Marinos tampoco descartó que Panchito se pueda quedar a vivir en San Pancho, Nayarit, aun cuando las aguas son muy cálidas en comparación con su hábitat natural, donde la temperatura del mar es muy fría, siempre y cuando encuentre suficientes calamares, pez lenguado y pequeños tiburones.
«Todo es posible, si ahí encuentra de comer y le favorece todo, se puede quedar, pero lo que sabemos es que no es la temperatura ideal», indicó.