Especialistas recomiendan estudios de vulnerabilidad en la entidad y la creación de una Norma de Construcción para mitigar riesgos.
Los resultados del Estudio de Peligro Sísmico realizado hace 10 años por la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica (SMIS), dieron cuenta que la capital de Tlaxcala, así como la zona sur y oriente del estado, registran alto riesgo por sismos, ya que son las áreas densamente pobladas, existen depósitos lacustres y la existencia de fallas locales.
Mientras que las zonas norte y poniente del estado el nivel de peligro es menor, así lo dio a conocer el presidente de la SMIS delegación Tlaxcala, Eduardo Ismael Hernández durante una conferencia de prensa para invitar al Simposio Tlaxcalteca para la Reducción del Riesgo Sísmico 2021, el cual se llevará a cabo en línea el próximo 29 de septiembre.
Ismael Hernández, expuso que en Tlaxcala el riesgo por sismos es latente, así ha quedado de manifiesto en los últimos movimientos telúricos de septiembre de 2017 que dejó daños en escuelas, casas particulares y monumentos históricos como el templo de San José en la capital, y la parroquia de San Francisco de Asís en Tepeyanco, y el sismo del 7 de septiembre de este 2021 que fue perceptible en la entidad aunque tuvo epicentro en Acapulco, Guerrero.
Esos temblores dejan al descubierto que la entidad carece de estudios de vulnerabilidad sísmica actualizados, lo que es necesario porque el territorio está dentro de la zona con alto nivel de movimientos telúricos y la ciudadanía debe estar mayormente prevenida. De hecho el Estudio de Peligro Sísmico realizado hace 10 años revelan que la capital de Tlaxcala, así como la zona sur y oriente del estado, registran alto riesgo por sismos, ya que son las áreas densamente pobladas, existen depósitos lacustres y la existencia de fallas locales.
“En ese mismo estudio e hace 10 años identificamos que en Tequexquitla hay una falla local, y nos dimos cuenta que un temblor que ocurrió en los años 50’s de intensidad 4.7 en la zona oriente del estado hizo colapsar muchas construcciones de adobe en ese entonces en municipios como Cuapiaxtla, El Carmen Tequexquitla, y San José Chiapa, justo donde ahora está Audi, esto en el año 1957; y justo en noviembre del año 2011 hubo otro temblor en esa falla local de magnitud 4.3 que generó importante sacudida en Cuapiaxtla nuevamente”, expuso el especialista.
Además, los registros han dado cuenta que movimientos telúricos pequeños en Tlaltelulco, Chiautempan, que confirman que esas fallas locales están activas y representan riesgos latentes.
En el caso de la capital de Tlaxcala, explicó que por la densidad poblacional y los depósitos lacustres por el río Zahuapan registran mayor sensibilidad por ondas sísmicas; mientras que en los municipios de la zona norte y poniente el riesgo es menor, pero es necesario realizar estudios de microzonificación sísmica en todo el estado, pues únicamente se han realizado en cinco municipios que son Tlaxcala, Apizaco, Huamantla, Chiautempan, y Zacatelco.
El estudio de microzonificación sísmica permite establecer zonas de suelos con comportamiento similar durante un sismo, de manera que puedan definirse allí, recomendaciones precisas para el diseño y la construcción de edificaciones sismorresistentes.
Agregó junto con representantes de la asociación de Arquitectos del Estado de Tlaxcala, de Ingenieros Civiles, y de la Sociedad de Urbanistas, que es necesario que Tlaxcala cuente además de los estudios, de una Norma de Construcción aplicable a toda la entidad para diseñar y construir inmuebles resistentes, con ello ir disminuyendo los daños por movimientos telúricos.
También, señalaron que el atlas de riesgos del Estado es un mapa sin información realmente útil, por lo que propusieron a las nuevas autoridades estatales que se actualice ese documento y se lleven a cabo estudios de vulnerabilidad de las construcciones, empezando por hospitales y escuelas.
“Entender los temblores nos permitirá concientizarnos de que vivimos en un país con alto nivel de peligro sísmico y cuando se cumplen ciertas condiciones las magnitudes pueden ser altas. Si bien ese fenómeno natural no lo podemos controlar, el tema es que debemos tener como sociedad herramientas de prevención y podemos tener todo un plan que se puede implementar, si las condiciones son las adecuadas”, comentó.