Hoy tomarán protesta los diputados y senadores que conformarán la 64 Legislatura y que iniciarán sus labores el próximo 1 de septiembre
El sexenio de Andrés Manuel López Obrador no arrancará el 1 de diciembre próximo; comenzará hoy, con la instalación del Congreso de la Unión. Sus aliados buscarán allanarle el camino mediante la discusión y aprobación de algunas de sus iniciativas antes de que ocupe su cargo como presidente de México
Este miércoles tomarán protesta los nuevos legisladores del Senado de la República y la Cámara de Diputados, ambos en poder de la coalición que llevó a López Obrador a la presidencia —Morena, PT y PES—; y con ellos, aseguran, llegará una nueva realidad al Poder Legislativo mexicano.
Además de que por primera vez un partido de izquierda tendrá la primera mayoría en ambas Cámaras, el Congreso será el brazo que permitirá al presidente electo comenzar a gobernar desde este mes de septiembre.
Y lo hará mediante la aprobación de las reformas necesarias para arrancar su sexenio con los cambios legales ya vigentes para poder aplicar sus planes de gobierno.
La 64 Legislatura jugará un papel protagónico en el nuevo gobierno. Será ahí donde se cocinen y se aprueben los cambios legales para abrir la puerta a la transformación del país tan anunciada por el presidente electo.
En ambas Cámaras del Congreso trabajarán legisladores novatos, pero también otros con probada trayectoria política, lo que garantiza debates intensos en algunos temas que provocarán polémica.
Por primera vez en la historia un partido de izquierda tendrá la primera mayoría tanto en la Cámara de Senadores como en la de Diputados.
Todo esto ocurrirá mientras los partidos políticos enfrentan sus propias tormentas.
El peso político de la 64 Legislatura podría compararse —o superar— al de la 62 Legislatura, que estuvo en funciones del 2012 al 2015, y la cual fue la encargada de aprobar las reformas estructurales del presidente Enrique Peña Nieto.
El mandatario logró que éstas se aprobaran gracias al acuerdo de las que entonces eran las cuatro principales fuerzas políticas —PRI, PAN, PRD y PVEM—.
La participación del PRD en esa coalición con el Ejecutivo trajo después la salida de López Obrador de ese partido y la conformación de Morena, que seis años después arrasó en las elecciones federales y locales.
Ahora, con los legisladores de Morena, López Obrador buscará echar abajo algunas de esas reformas, como la educativa, y promover otros cambios legales que auguran también un cambio profundo en la administración pública.
Los principales retos del Congreso serán ser un contrapeso efectivo del Ejecutivo; limpiar su imagen de dispendio y corrupción; y acortar su lejanía con la ciudadanía.
Un primer paso es la paridad de género, pues este Congreso será el más paritario de la historia, con la mitad de hombres y la mitad de mujeres; sin embargo, el techo de cristal está ahí: ninguna mujer coordinadora, ninguna mujer presidenta de Cámara.
Otro paso será la austeridad, pero no sólo en la dieta de los diputados, sino también con una rendición de cuentas efectiva.
¿Logrará la nueva mayoría acercar el Congreso de la Unión a la gente como lo han prometido?
Hambre reformista
Al igual que ocurrió en el 2012, los legisladores que hoy asumen su cargo tienen ya una larga lista de reformas que deberán aprobar a la brevedad para abrir camino al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Entre los primeros cambios que se enlistan están las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal no sólo para resucitar la Secretaría de Seguridad Pública, sino para modificar el esquema de la representación del Gobierno federal en los estados —y así introducir la figura de los coordinadores estatales de programas sociales—.
También tendrán prioridad para la aprobación de la Ley de Salarios Máximos antes de comenzar a negociar el Presupuesto de Egresos del 2019, pues es ahí donde se establecen las percepciones de los servidores públicos y donde tendría que estar ya reflejado el recorte a los ingresos y prestaciones de la alta burocracia.
A todo esto se suma la propia transformación del Legislativo impulsada por Morena, cuya primer escala serán las medidas de austeridad que han anunciado los coordinadores parlamentarios de ese partido.
Todo indica que los primeros meses del ejercicio de diputados y senadores será frenético, pues son varios los encargos que el presidente electo ha hecho a sus legisladores.
Aprobar la Ley de Salarios Máximos antes de comenzar a negociar el Presupuesto de Egresos de 2019 será una prioridad para la bancada de Morena y sus aliados.
Olga Sánchez Cordero, propuesta como futura Secretaria de Gobernación, visitó ayer a la próxima bancada de Morena en la Cámara de Diputados, a quienes les habló sobre los pendientes que deberán impulsar.
“Lo ha dicho el señor presidente electo: la Ley Orgánica de la Administración Pública, la creación de la Ley de Seguridad, también algunas otras leyes como la de la Fiscalía General y reformas constitucionales en materia de fuero, en materia de revocación de mandato y la Ley Reglamentaria del artículo 127 de la Constitución en materia de salarios máximos.
Les expresé todas estas reformas, incluyendo también la reforma al Código Penal para considerar delitos graves sin derecho a la libertad bajo fianza la corrupción, el robo de combustibles, el fraude electoral y el fraude fiscal, en relación a todas estas facturas falsas que se han estado emitiendo”, afirmó Sánchez Cordero en entrevista.
Para que López Obrador pueda comenzar a trabajar en cuanto asuma su cargo como presidente, los diputados y senadores de Morena tendrán que laborar a toda marcha tanto para aprobar algunas iniciativas como para poder hacer las modificaciones necesarias a la Constitución.
Todos estos cambios auguran un arranque legislativo que pondrá las bases para el arranque del primer gobierno de izquierda el 1 de diciembre próximo.
Sexenio de 7 años
Luis Carlos Ugalde, fundador y director de la consultoría Integralia, sostuvo que con el arranque de la 64 Legislatura comenzará también el periodo de gobierno de López Obrador.
“Yo soy de quienes piensan que este sexenio que inicia va a ser el primer sexenio de 7 años, porque el primer año de gobierno lo vamos a ver a partir del 1 de septiembre y hasta el 30 de noviembre, en donde la nueva Legislatura va a empezar a aprobar muchas iniciativas muy trascendentes para que el gobierno que toma protesta el 1 de diciembre llegue con la mesa semipuesta.
Vamos a ver en los próximos cuatro meses una secuencia muy acelerada de cambios constitucionales y legales que hará la nueva Legislatura. Y a mí me parece que la trascendencia de esos cambios va a ser tan acelerada, que podemos correr el riesgo de no reflexionar ni revisar lo que se está aprobando; (la Legislatura debe acompañar al presidente) de una manera profesional, responsable, para entender las consecuencias de las decisiones que toma”, comentó Ugalde en la presentación del Reporte Legislativo Integralia numero 8.
Para Ugalde, es de esperarse que el Congreso con mayoría de la coalición que llevó a López Obrador al poder —Morena, PT y PES— acompañe al presidente en sus decisiones de gobierno, tal como ocurrió con el PRI y sus aliados durante el actual sexenio del presidente Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, Ugalde considera que el apoyo del Congreso —con mayoría del PRI y sus aliados— al gobierno, se pervirtió mediante el exceso de recursos económicos que manejaron los legisladores.
“Un asunto que contaminó enormemente el funcionamiento del Congreso, sobre todo en el primer trienio del gobierno de Enrique Peña Nieto, fueron los fondos de libre asignación de los legisladores federales, estos famosos fondos para infraestructura deportiva, cultural, estatal y municipal.
Esto permitió durante varios años que en la Cámara de Diputados los legisladores tuvieran fondos que podrían ir de entre los 10 a los 30 millones de pesos, y que de ahí se creara la industria de las comisiones: bajar recursos a gobiernos municipales, alcaldías, delegaciones o gobiernos estatales a cambio de cobrar una comisión por esos recursos”, criticó.
El exconsejero presidente del extinto IFE afirmó que habrá que dar el beneficio de la duda al nuevo Congreso de la Unión, que tiene una oportunidad de ser un Legislativo responsable y profesional.
Andrés Manuel López Obrador podrá comenzar a gobernar desde que arranque la 64 Legislatura, pues será en ese espacio de poder, desde donde se harán posibles muchos de los cambios que el presidente electo ha prometido
“Para que ese acompañamiento (al presidente) sea virtuoso, tiene que venir con una buena aprobación del Presupuesto, con una buena fiscalización del gasto público y con una coalición que te acompañe, pero que también señale puntos de vista diferentes. Esa es la diferencia entre acompañar y doblegarte; esa es la diferencia entre ser un Congreso profesional que apoya a su presidente, lo cual me parece algo bueno, o ser un Congreso que simplemente rubrica las decisiones del Ejecutivo.
El PRI, durante buena parte de su existencia en el siglo XX, funcionó como rubricador del Ejecutivo y mucha gente teme que esa época se vuelva a replicar. Yo quisiera darle el beneficio de la duda a la nueva coalición gobernante en el Congreso y decir que tienen una oportunidad de mejorar muchas de las deficiencias”, indicó Ugalde.
Otra oportunidad que tiene el nuevo Congreso será aplicar un plan verdadero de austeridad no sólo al Legislativo, sino a todo lo que toca, desde la asignación de las subvenciones a las bancadas —que hasta hoy se ejercen en total opacidad— hasta la eliminación de todos los recursos que puedan tener un manejo discrecional.
“El exceso de dinero ha funcionado como una suerte de anestesia (en los Congresos), porque en México los congresos no han hecho su labor de contrapeso en buena parte porque el exceso de dinero ha podrido su misión”, sentenció Ugalde.
Extender los brazos
Es tal el poder reformador que tendrán las bancadas del presidente electo López Obrador en ambas Cámaras del Congreso de la Unión y en los congresos estatales —con mayoría en 19 de ellos— que otras fuerzas políticas ya han expresado su intención de unirse a algunas de sus causas.
Esto significa que el brazo legislativo de López Obrador podría volverse más fuerte, pues solamente entre sus tres aliados tienen 308 congresistas en la Cámara de Diputados y 69 senadores.
Hace unos días, Movimiento Ciudadano lanzó un video con varios de sus legisladores electos para declarar su apoyo al nuevo gobierno.
“Ser oposición es amar a México, por eso le decimos a Andrés Manuel López Obrador y a todos los mexicanos: aquí están nuestros votos en la Cámara de Diputados y en el Senado, para recuperar la paz y la seguridad, para darle reversa al gasolinazo, para quitarle las pensiones a los expresidentes, para enderezar la reforma educativa”, dicen los políticos en un video difundido en sus redes sociales.
Movimiento Ciudadano tiene 27 diputados y 7 senadores, lo que puede garantizar el apoyo necesario para las reformas constitucionales —que requieren las dos terceras partes de los votos—
Quien también podría convertirse en aliado de Morena es el PVEM, que ayer dio por terminada su alianza con el PRI, que mantenía desde el año 2006.
Arturo Escobar, diputado electo por el PVEM y quien coordinará la bancada de ese partido, sostuvo que en la 64 Legislatura serán una bancada más independiente, que no apoye sólo a una fuerza política y, eso sí, “construyendo” con Morena.
“Nuestra alianza legislativa con el PRI culmina el día de hoy. El día de mañana iniciamos una nueva etapa, una etapa donde van a ver un Partido Verde mucho más independiente o absolutamente independiente, un partido que no apoyará propuestas o reformas sin antes entender que cada asunto se verá en lo particular.
Tiene que ver con ‘te quiero independiente’, ‘te quiero tomando tus propias decisiones’, ‘te quiero persiguiendo tu propia agenda’ y ‘te quiero construyendo mayorías con quien tengas que construirlas, no únicamente con uno o con otro’, y a partir de ahí van a ver un grupo parlamentario con mucha mayor autonomía tomando decisiones propias, y por supuesto construyendo con el partido en el Gobierno a partir de diciembre”, comentó.
La alianza con el PVEM será posible también por el acercamiento que ha tenido Manuel Velasco, gobernador de Chiapas y senador electo, con el propio Andrés Manuel López Obrador, lo que augura una alianza legislativa a favor de Morena y sus aliados.
La disminuida situación en la que quedaron los ahora partidos de oposición tras la elección del 1 de julio ha provocado que algunos de sus integrantes busquen sumarse al proyecto del nuevo gobierno