Barbosa Huerta indicó que su administración buscará generar un acuerdo y conciliación entre los intereses de la planta y los de los municipios.
Aunque Cemex no ha mostrado disposición para resolver absolutamente nada, el gobierno Puebla será mediador en el conflicto que tiene la empresa con los ayuntamientos de Cuautinchán y Tepeaca a quienes solo paga de impuesto predial 25 mil pesos y 15 mil pesos por 900 y 500 hectáreas, respectivamente.
Así lo manifestó el gobernador Miguel Barboa Huerta, quien dijo que Cemex se siente protegido, pero advirtió que en Puebla se aplica la ley sea cual sea la empresa o propietario.
El mandatario refirió que por la noche el jueves el Cabildo de Cuautinchán habría decidido levantar los sellos de clausura que colocó a la planta de Cemex por el adeudo de 200 millones de pesos.
En ese contexto, señaló que no es nuevo este conflicto entre Cemex y los ayuntamientos de Cuautinchán y Tepeaca donde está instalada la planta que ocupa un polígono de 900 hectáreas en el primero y de 500 hectáreas en el segundo.
Indicó que pese a dicha extensión solo paga de impuesto predial 25 mil y 15 mil pesos anuales respectivamente, además que no pagan uso de suelo y licencia de construcción, por lo que sentenció que no son una empresa que haya establecido una corresponsabilidad con dichos municipios.
A ello sumó que los requerimientos que han hecho ambos ayuntamientos para que Cemex repare los tramos por donde circulan sus camiones de alto tonelaje han sido ignorados por la empresa, cuya plantilla laboral es de 200 trabajadores, de los que más del 70 por ciento son foráneos.
Sin embargo, Barbosa Huerta indicó que su administración buscará generar un acuerdo y conciliación entre los intereses de la planta y los de los municipios.
Cabe mencionar que la cementera ha generado conflictos con los habitantes de la zona ante la falta de medidas de control de la contaminación que emite tanto en el suelo y aire, pues los pobladores han referido desde 2016 afectaciones en su salud, sobretodo de niños y adultos mayores.
Y es que los habitantes aseguran que es durante la madrugada cuando perciben gases y malos olores que se originan del proceso de trituración de los desechos que llegan a la planta desde la Ciudad de México.