La joven tomó la decisión tras cinco años de tener pareja, tomar pastillas y utilizar anticonceptivos.
El caso de una joven llamada Ailín Cubelo Naval se hizo viral en redes sociales ya que, a sus 22 años, decidió someterse a una operación para ligarse las trompas de Falopio y así no tener hijos.
Para muchas mujeres jóvenes, ideas como el “instinto maternal” o el “llamado de la naturaleza” ya no tienen vigencia, y no ven la maternidad como un destino obligatorio.
Tal es el caso de Ailín, quien le pidió en dos ocasiones a su ginecólogo que le practicara el procedimiento quirúrgico para no tener hijos; el médico se negó en ambas ocasiones, por lo que la joven buscó a otro profesional de la salud que sí llevase a cabo la cirugía.
“Como a algunas personas el deseo de ser madres les es natural, para mí era natural no serlo. Me ligué las trompas porque no quiero tener hijos, ni ahora, ni nunca”, explicó la mujer en una entrevista para Infobae.
Según la joven, estudiante de la carrera de Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires (UBA), ser madre es una idea que contemplaba cuando iba en primaria, como “muchas mujeres”; sin embargo, con el paso de los años, ese plan de vida ya no le resultó tan atractivo.
“Después de los 30” o “yo quiero uno solo”, respondía cuando le preguntaban ¿cuándo quería ser mama? o ¿cuántos hijos quería tener? “Como no me daba cuenta de que quizás no quería ser madre, me excusaba o alargaba los plazos”, dice Ailín.
Ahora se percata de que nadie le hacía la pregunta más importante: ¿quieres ser madre?
De acuerdo con Ailín, la idea de maternidad obligatoria la inculcan a las mujeres desde la escuela. “Eso lo veo hoy: papás que salen a pasear con sus hijos y las nenas van con un cochecito llevando a su propio bebé de juguete. Por eso creo que el mandato de maternidad no es algo natural, es muy cultural.
Hay muchas personas que nunca se cuestionaron el tema de ser o no ser padres, siguieron un caminito: las mujeres se tienen que reproducir para la mayor parte del mundo. O sea, si tenés útero tenés que parir, es tu destino”. Ailín asegura que fue cuando empezó la secundaria que se dio cuenta de que no quería ser madre, una decisión que se ha reforzado con el paso del tiempo por diversos motivos.
“¿Traer una persona más a este mundo así como está, a formar parte de esta sociedad, con esta escasez de recursos?, ¿vivir con miedo de que le pase algo si es mujer y con miedo de que haga algo si es varón?, ¿tener un hijo para dejar un legado? ¿qué legado?”, cuestiona la estudiante argentina. Se cuidó durante cinco años tomando pastillas anticonceptivas y con preservativos con su pareja. Fue entonces cuando tomó la decisión de operarse.
La cirugía impide el paso de los óvulos al útero. Previó a realizarse la ligadura, Ailín entró a un grupo de Facebook llamado Ligadura de trompas – Argentina, en el que más de 1,300 personas comparten sus experiencias en el tema.
En Argentina, la ligadura de trompas es un derecho garantizado por ley desde 2006.