El segundo refuerzo es solamente para esos grupos en alto riesgo porque la evidencia actual indica cierta reducción de la protección.

El regulador de medicamentos en Estados Unidos autorizó el martes otra vacuna de refuerzo contra el COVID-19 para las personas de 50 años en adelante, un paso para ofrecer protección adicional para los más vulnerables en caso de que el coronavirus cobre fuerza de nuevo.

La decisión de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) abre el acceso a una cuarta dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna para ese grupo etario al menos cuatro meses después de su refuerzo previo.

Hasta ahora, la FDA había autorizado la cuarta dosis solamente para las personas de 12 años en adelante con tienen sistemas inmunológicos severamente debilitados. La agencia dijo que ese grupo especialmente frágil pudiera recibir una quinta dosis.

Horas después del anuncio de la FDA, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomendaron la dosis adicional como una opción, pero se abstuvieron de pedir a las personas elegibles que acudan a recibirla.

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La nueva expansión, independiente de la salud de la persona, permite una dosis adicional para millones de personas en Estados Unidos.

El jefe de vacunas de la FDA, doctor Peter Marks, dijo que toda persona elegible para el primer refuerzo que no lo haya recibido necesita hacerlo. Pero el segundo refuerzo es solamente para esos grupos en alto riesgo porque “la evidencia actual indica cierta reducción de la protección” para ellos.

La decisión se produce en momentos de gran incertidumbre. Los casos de coronavirus han caído a niveles bajos luego del aumento en el invierno causado por la súper contagiosa variante ómicron. Dos dosis de la vacuna y un refuerzo aún proveen una fuerte protección contra síntomas severos y muerte, muestran los datos de los CDC.

Pero una nueva variante está causando un aumento preocupante de las infecciones en Europa —y se está diseminando en Estados Unidos— en momentos en que las vacunaciones se han estancado. Unas dos terceras partes de las personas en Estados Unidos están vacunadas y la mitad de aquellas elegibles para un primer refuerzo no lo habían recibido.