En Brasil, la campaña de vacunación ha sido un éxito y los índices de contaminación y la mortalidad ha descendido de forma constante.
La ciudad de Río de Janeiro flexibiliza el uso de mascarillas ante la disminución del número de casos de COVID-19 en Brasil.
“Siguiendo las conclusiones de nuestro comité científico, mañana tendremos un decreto para poner fin al uso obligatorio de mascarillas en interiores y exteriores”, dijo el lunes en Twitter el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes.
Los datos de la Universidad Johns Hopkins mostraban que el número de muertos por el virus en todo el mundo superaba los 6 millones de personas. Brasil es uno de los países más afectados, con más de 650.000 decesos confirmados, la segunda mayor cantidad sólo detrás de Estados Unidos.
En el Distrito Federal de Brasil, donde se encuentra la capital, Brasilia, las autoridades decidieron que el uso de mascarillas únicamente sea obligatorio en interiores. Los medios de comunicación locales afirman que Sao Paulo adoptará la misma medida el miércoles. Algunas ciudades de Santa Catarina, un estado del sur de Brasil, dejaron de exigir el uso de mascarillas la semana pasada.
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En Brasil, la campaña de vacunación ha sido un éxito y los índices de contaminación y las cifras de mortalidad del país han descendido de forma constante. Más de 150 millones de personas, todas mayores de 5 años, cuentan con esquema completo de vacunación contra el COVID-19 en el país.
Con la llegada de la variante ómicron, los contagios volvieron a dispararse entre finales del año pasado y principios de febrero, pero las cifras están bajando de manera sostenida.
Río de Janeiro alcanzó su récord de casos el 10 de enero, con más de 33.000 personas que dieron positivo. El secretario de Salud de la ciudad, Daniel Soranz, dijo que la tasa actual de casos positivos es la más baja desde que la pandemia llegó a Brasil en marzo de 2020.