Es un tipo de imagen que se graba en la memoria para dejar escuchar la tranquilidad, un momento sereno de ajuste de cuentas global.

Una imagen capturada por la fotógrafa Amber Bracken de vestidos rojos colgados en una carretera en Canadá, en recuerdo de 215 niños indígenas cuyos restos fueron localizados en tumbas sin marcar de una antigua residencia escolar en Kamloops, gestionada por la iglesia católica, ganó hoy el World Press Photo a la Fotografía del Año.

El trabajo de la fotoperiodista canadiense, publicado en el New York Times, muestra unos vestidos de color rojo colgados en cruces a lo largo del camino, en recuerdo de alumnos de la Escuela Residencial de Kamloops, provincia de Columbia Británica, y cuyos cadáveres fueron localizados el año pasado en tumbas sin identificar en terrenos de la antigua escuela.

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Ese internado, dirigido por los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, era una de las numerosas instituciones gubernamentales gestionadas por órdenes religiosas en las que niños aborígenes eran internados a la fuerza y sufrieron abusos físicos, emocionales y sexuales como parte de un sistema de “reeducación” para eliminar la cultura indígena.

La presidenta del jurado del World Press Photo, Rena Effendi, consideró que el trabajo de Bracken, premio en la categoría de Fotografía del Año, es “un tipo de imagen que se graba en la memoria, inspira una especie de reacción sensorial, casi dejar escuchar la tranquilidad, un momento sereno de ajuste de cuentas global para la historia de la colonización, no solo en Canadá sino en todo el mundo”.