La ausencia de un fuerte terremoto, fenómeno que sirve para activar el sistema de alarmas ante un posible tsunami, dejó silenciadas las sirenas mientras se aproximaban las olas gigantes.


Indonesia sigue en alerta y con la vista puesta en la actividad del volcán Anak Krakatoa —surgido hace un siglo tras la gran explosión del original Krakatoa—, cuya erupción del sábado pasado provocó una avalancha submarina y un tsunami posterior que, de momento, ha causado la muerte de 373 personas, la desaparición de 128 y ha dejado heridas a otras 1.459, además de provocar la evacuación a zonas elevadas de las islas de 12.000 residentes. Mientras, la búsqueda de supervivientes y de desaparecidos continúa.

«El número de víctimas y de daños seguirá aumentando», ha dicho Sutopo Purwo Nugroho, portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres. El País La alerta se mantendrá de momento hasta este lunes. “En el caso de terremotos, la posibilidad de un segundo tsunami es muy pequeña.

Pero como este ha sido causado por una erupción, el escenario es diferente”, explicó Rahmat Riyono, director de la Agencia Meteorológica, Climatológica y Geofísica de Indonesia. Los expertos creen que el tsunami se creo a partir de un corrimiento de tierras submarino producido por la erupción del Anak Krakatoa, que no activó las alarmas que registran los movimientos sísmicos. El volcán ha estado entrando en erupción casi a diario en los últimos tres meses, la última vez este domingo. Por ello los expertos advierten del riesgo de nuevas olas mortales como consecuencia de la actividad volcánica.

La ausencia de un fuerte terremoto, fenómeno que sirve para activar el sistema de alarmas ante un posible tsunami, dejó silenciadas las sirenas mientras se aproximaban las olas gigantes. «Indonesia tiene que construir un sistema de alerta temprana para tsunamis causados por corrimientos de tierras submarinos y volcanes», señaló Sutopo en su cuenta de Twitter. La cifra de víctimas fue elevada este lunes por la Agencia Nacional de Gestión de Desastres.

El último balance de desaparecidos era de 128 personas. El tsunami, que llegó a la costa entre las 21.27 y las 21.35 del sábado, hora local (seis menos en la Península), afectó especialmente al distrito costero de Pandeglang, en la isla de Java, a unos 200 kilómetros de Yakarta, la capital del país. Allí hubo al menos 164 muertos, mientras que el número de víctimas mortales en Lampung sur, al otro lado del estrecho, supera los 50.

La región de Serang, también en el oeste de Java, fue otra de las afectadas. Cientos de edificios han resultado dañados por la ola, que tuvo su origen en el estrecho de Sonda, entre las islas de Sumatra y Java.

Las autoridades aseguran que, además de las víctimas mortales y los heridos, el tsunami provocó 11.687 desplazados y dañó 611 viviendas, 69 hoteles, 60 tiendas y 420 barcos El Anak Krakatoa, que significa en indonesio el «hijo de Krakatoa», tiene unos 300 metros de altitud y un cráter lateral, y se asienta sobre una isla cónica.

Se formó a raíz de la explosión del legendario Krakatoa, cuya caldera quedó derruida en 1883 tras una serie de masivas explosiones que costaron la vida a más de 36.000 personas y cuyos efectos se sintieron alrededor del mundo durante semanas. Indonesia se asienta sobre el «Anillo de Fuego del Pacífico», una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida cada año por unos 7.000 temblores, la mayoría moderados.

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