La alberca sagrada se encontró en Sicilia, al sur de Italia, y fungió como centro ceremonial y observatorio astronómico a la vez.
El hallazgo se dio en la isla de San Pantaleo, sobre la costa oeste de Sicilia. Por años, se pensó que el yacimiento correspondía a un antiguo puerto fenicio, propenso para el comercio y el intercambio bélico. Un equipo de arqueólogos de la Universidad de la Sapienza, en Roma, descubrió que éste no era el caso. Debajo de la tierra, encontraron una antigua alberca sagrada.
Por la forma rectangular de la cuenca, en 1920 se asumió que era un puerto para los barcos fenicios de guerra. Un siglo más tarde, sin embargo, los arqueólogos romanos tienen otra información: al observar los demás hallazgos que tiene el sitio, se descubrió que era la pieza central de un complejo religioso antiguo.
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A partir de las dataciones realizadas para la investigación, se determinó que el espacio tenía, al menos, 2 mil 500 años de haberse construido. Lo más probable es que esta cuenca formara parte de un complejo completo, según reporta Heritage Daily, «como pieza central de un enorme santuario religioso». Los científicos se sorprendieron de que, ante sí, tenían una de las cuencas artificiales más grandes de todo el Mediterráneo.
De acuerdo con el líder del estudio, el arqueólogo Lorenzo Nigro, esto cambia por completo la interpretación del espacio en isla de San Pantaleo:
«Durante un siglo se pensó que el ‘Kothon’ de Motya era un puerto, pero las nuevas excavaciones han cambiado drásticamente su interpretación: era un estanque sagrado en el centro de un enorme complejo religioso».
Esto es así porque, originalmente, el hallazgo se realizó en la década de 1920. 102 años más tarde, se descubrió que los avances arqueológicos realizados en el sitio estaban lejos de ser acertados. La teoría anterior tenía sentido, ya que alrededor del año 550 a.C., la ciudad fue destruida por un ataque de Cartago.
El estudio se publicó a mediados de marzo de 2022 en la revista Antiquity. A los arqueólogos les interesaba investigar cuál era la función de la alberca sagrada recién encontrada en Sicilia. Volviendo la mirada a la bóveda celeste italiana, se percataron de que el rectángulo de la cuenca se alinea perfectamente con las estrellas.
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Con respecto a quién iba dirigido el centro religioso, los arqueólogos suponen que se construyó en honor a Ba’al, una divinidad que compartieron los fenicios con otros pueblos:
«El estanque, vigilado por una estatua de Ba’al, también sirvió como superficie para observar y mapear el movimiento de las estrellas, como lo enfatiza la alineación de estructuras y elementos colocados alrededor del recinto sagrado».
Por ello, la alberca sagrada tenía una doble función. Así como un espacio de reposo y culto para los habitantes de la isla, parece ser que era un mapa del cielo también. Aunque originalmente se pensó que el agua era salada, resulta ser que «fue alimentado por manantiales naturales«, explicó Nigro.
Esto anula cualquier posibilidad de que hubiera sido utilizada para fines bélicos. Por el contrario, parece ser que la estructura de todo el complejo se alinea a constelaciones específicas, según reporta CNN. Y lo que es más, que dependiendo de la época del año, reflejó formaciones celestes diferentes. Esto refuerza la conexión profunda que los fenicios tenían con sus antepasados y divinidades, concluyen los arqueólogos romanos.