Trump considera la investigación como una continuación del hostigamiento iniciado con la investigación de Rusia que no logró desbancarlo del cargo.
La amarga lucha del presidente Donald Trump contra la investigación para su posible proceso de revocación del mandato, o “impeachment”, no ha ralentizado el intento de los demócratas de investigar si buscaba un beneficio político personal instando a Ucrania a investigar al opositor demócrata Joe Biden.
Pero en una nueva táctica, la Casa Blanca planea argumentar que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, debe tener el voto pleno de la Cámara para aprobar formalmente una investigación de destitución, una fuente familiarizada con los esfuerzos, dijo.
Sin voto, los abogados de la Casa Blanca creen que Trump puede ignorar las peticiones de los legisladores, dijo la fuente, lo que significa que las cortes federales presumiblemente tendrían que tomar una decisión y potencialmente retrasar la marcha hacia el juicio político.
Una carta de la Casa Blanca argumentando que Pelosi debe celebrar una votación en la Cámara de Representantes podría ser enviada al Capitolio el viernes, dijo la fuente. Llega cuando el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, liderado por los demócratas, planea emitir más citaciones en los próximos días a medida que avanza con la investigación.
Los demócratas quieren probar que Trump buscaba un beneficio político personal apelando al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy en una llamada telefónica del 25 de julio para investigar a Biden y a su hijo Hunter, quien ganó dinero de una compañía de gas ucraniana.
Joe Biden, el ex vicepresidente, encabeza la mayoría de las encuestas de opinión entre los 19 demócratas que buscan la candidatura de su partido para enfrentarse a Trump en las elecciones de noviembre de 2020.
Trump considera la investigación como una continuación del hostigamiento iniciado con la investigación de Rusia que no logró desbancarlo del cargo por acusaciones de que había conspirado con Moscú en la campaña presidencial de 2016.