Según Kleijn, esta crisis sanitaria cae «en la peor época del año» para los productores de tulipanes del país.


En plena temporada de tulipanes, los horticultores holandeses se ven obligados a destruir millones de flores cada día, una situación inédita causada por la pandemia del nuevo coronavirus que ha hecho disminuir la demanda.

Desde hace una semana, enormes montones de tulipanes, rosas, crisantemos y otras plantas se alinean en el mayor mercado de flores del mundo, obligado a deshacerse de la mayor parte de su producción frente a una montaña de invendidos.

«La única solución es destruirlos», lamenta Michel van Schie, portavoz de la cooperativa Royal FloraHolland, el gigante holandés de la horticultura. «El mercado de las flores en Holanda ya existe desde hace más de 100 años y es la primera vez que nos enfrentamos a una crisis de este tipo», declaró a la AFP. Royal FloraHolland estima que «entre 70% y 80% de la producción total (flores) está siendo destruida» en Holanda, ya que los productores holandeses utilizan la misma solución en sus propios viveros.

El cierre de los mercados y comercios, así como el confinamiento ordenado de la población en varios países de Europa, acarrean consecuencias «dramáticas» para el sector hortícola holandés, deplora Prisca Kleijn, directora de la Asociación Real de Productores de Bulbos (KAVB).

«Llega el Día de la Madre y los productores de tulipanes comienzan la cosecha en enero, hasta abril-mayo. Es en mitad de la temporada cuando tienen que ganar dinero», explica a la AFP. Según Kleijn, esta crisis sanitaria cae «en la peor época del año» para los productores de tulipanes del país.

El KAVB intenta por todos los medios posibles ayudar a los horticultores a vender un máximo de su producción, en particular animando a los consumidores a «comprar flores, no papel higiénico».

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