El exmandatario francés Nicolas Sarkozy, quien ya ha sido condenado en dos ocasiones por diferentes casos desde que dejó el poder, enfrentará un juicio este lunes por presuntamente aceptar financiamiento ilegal de campaña en un supuesto acuerdo con el fallecido dictador libio Muamar al Gadafi.
Desde su derrota en las elecciones presidenciales de 2012, la carrera de Sarkozy ha estado marcada por problemas legales. Sin embargo, sigue siendo una figura influyente para muchos en la derecha y se sabe que mantiene reuniones regulares con el presidente Emmanuel Macron.
Este político de 69 años, ferozmente ambicioso y enérgico, casado con la modelo y cantante Carla Bruni y a quien, mientras estuvo en el poder entre 2007 y 2012, le gustaba ser conocido como el “hiperpresidente”, ha sido condenado en dos casos, imputado en otro y está siendo investigado en relación con otros dos.
Sarkozy se sentará en el banquillo de los acusados del tribunal de París apenas medio mes después de que el 18 de diciembre el máximo tribunal de apelación francés rechazara su recurso contra una condena de un año de cárcel por tráfico de influencias, que deberá cumplir llevando una pulsera electrónica en lugar de en prisión.
A cambio, presuntamente, Sarkozy y altos cargos se comprometieron a ayudar a Gadafi a rehabilitar su imagen internacional después de que se culpara a Trípoli de los atentados del vuelo 103 de Pan Am en 1988 sobre Lockerbie (Escocia) y del vuelo 772 de UTA en 1989, en los que murieron cientos de pasajeros.
Sarkozy ha denunciado las acusaciones como parte de una conspiración contra él, insistiendo en que nunca recibió financiación alguna para la campaña por parte de Gadafi y que no hay pruebas de tal transferencia.
Sarkozy luchará
En un momento en el que muchos países occidentales cortejaban a Gadafi en busca de acuerdos energéticos, mientras el inconformista dictador intentaba salir de décadas de aislamiento internacional, el líder libio visitó París en diciembre de 2007, instalando su famosa tienda de campaña en el centro de la ciudad.
Francia apoyó entonces la acción militar sancionada por la ONU, que ayudó en 2011 a derrocar a Gadafi, asesinado entonces por los rebeldes. Sarkozy ha afirmado que las acusaciones de antiguos miembros del círculo íntimo de Gadafi sobre la supuesta financiación de la campaña están motivadas por la venganza.
Si es declarado culpable, Sarkozy se enfrenta a hasta 10 años de cárcel por los cargos de encubrimiento de malversación de fondos públicos y financiación ilegal de campaña. El juicio durará hasta el 10 de abril.
Sarkozy “espera con determinación estos cuatro meses de vistas. Luchará contra la construcción artificial ideada por la fiscalía. No hubo financiación libia de la campaña”, declaró su abogado Christophe Ingrain.
Entre los otros 12 procesados por la supuesta financiación libia se encuentran pesos pesados como la antigua mano derecha de Sarkozy, Claude Gueant, su entonces jefe de financiación de campaña, Eric Woerth, y el ex ministro Brice Hortefeux.
Claude Gueant demostrará que, tras más de diez años de investigación, no se ha probado ninguno de los delitos de los que se le acusa”, dijo su abogado Philippe Bouchez El Ghozi, denunciando que los casos equivalen a “afirmaciones, hipótesis y otras aproximaciones”.
Acusaciones de manipulación de testigos
Para la acusación, el pacto comenzó en 2005, cuando Gadafi y Sarkozy, entonces ministro del Interior, se reunieron en Trípoli en un encuentro aparentemente dedicado a la lucha contra la inmigración ilegal. No obstante, la defensa de Sarkozy replica que nunca se encontró rastro alguno de la financiación ilegal en las arcas de la campaña.
El escándalo estalló en abril de 2012, cuando Sarkozy estaba en plena campaña de reelección, cuando el sitio web Mediapart publicó un artículo bomba basado en un documento supuestamente de diciembre de 2006 que, según él, mostraba a un antiguo funcionario libio evocando un acuerdo sobre la financiación de la campaña.
Más tarde, Sarkozy perdería por poco la segunda vuelta de las elecciones frente al socialista François Hollande.
El empresario franco-libanés Ziad Takieddine, una figura clave en el caso, había afirmado en varias ocasiones que ayudó a entregar hasta cinco millones de euros (5,4 millones de dólares al cambio actual) en efectivo de Gadafi a Sarkozy y a su jefe de gabinete en 2006 y 2007.
Sin embargo, en 2020, Takieddine se retractó repentinamente de su declaración incriminatoria, levantando sospechas de que Sarkozy y sus aliados cercanos podrían haber pagado al testigo para que cambiara de opinión.
En un nuevo giro, Sarkozy fue acusado en octubre de 2023 de manipulación ilegal de testigos, mientras que Carla Bruni fue acusada el año pasado de ocultar pruebas en el mismo caso.
La segunda condena de Sarkozy, en otro caso de financiación de campaña, fue confirmada el año pasado por un tribunal de apelación de París que dictaminó que debía cumplir seis meses de prisión, con otros seis meses en suspenso. Este veredicto aún puede ir a un tribunal de apelación nacional superior.
Con información de France24.
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